El mundo del ciclocross puede haber sido testigo anoche del nacimiento de una nueva leyenda.
Thibau Nys, hijo del legendario Sven Nys, lleva muchos años prometiendo rendir al más alto nivel, y en la primera carrera de la
Copa del Mundo de Ciclocross de la temporada en Waterloo ofreció una actuación impresionante para llevarse la victoria.
"Al principio perdí muchas posiciones. Me empujaron en la primera curva y elegí la pista equivocada. Como resultado, ya no estaba entre los 10 primeros. Luego elegí mi momento para remontar y rápidamente pude adelantar a cinco o seis personas. Aun así, fui el primero en cruzar la meta en la primera vuelta, lo que me dio buenas sensaciones", dijo Nys en una entrevista posterior a la carrera.
Nys vio cómo Iserbyt sufría la rotura de una zapatilla en las primeras vueltas de la carrera, y junto con Pim Ronhaar mantuvo el hueco que se había creado. Sin embargo, no tardó en marcharse en solitario, siendo increíblemente el único corredor que subía los escalones y un tramo de banco extremadamente empinado sobre la bici. En cada vuelta ganaba unos segundos sobre la competencia, que un veloz Iserbyt no podía reducir.
Nys ganó su primera carrera profesional de ciclocross la semana pasada en Beringen por delante de Iserbyt, y ahora su primera Copa del Mundo contra el belga. "No me atrevía a creer en la victoria. Gracias a esa cuesta pude ganar unos segundos en cada vuelta", es consciente. "Cuando llegué al puente de la recta final en la última vuelta, sentí un alivio y una alegría enormes". Queda por ver si el Mundial se convertirá o no en un objetivo para el belga.