Mathieu van der Poel no va a tener fácil repetir el maillot arcoíris que consiguió el año pasado en Glasgow porque el circuito de Zúrich es mucho más duro y tendrá rivales como Tadej Pogacar a los que en teoría se adapta mejor, aunque el neerlandés no por ello va a dejar de intentarlo.
"Ha intentado visiblemente, y con éxito, perder peso", analiza Thijs Zonneveld en su columna del Algemeen Dagblad la preparación de Van der Poel. "Mejillas finas, cuello esbelto, piernas en las que se ven correr los músculos y las venas. No recuerdo haberle visto nunca tan fino".
Aunque Van der Poel indicó que la carrera en carretera
es un poco demasiado dura para él, Zonneveld cree claramente en sus posibilidades. "Si no, no se mataría de hambre para perder medio kilo más", dice Zonneveld. Esto se debe también a que el recorrido no es tan duro como algunos habían previsto.
"Es un circuito de 26 kilómetros con tres colinas; sólo la primera tiene unos cientos de metros con una pendiente superior al 10 por ciento. La mayoría de los metros de elevación son en pendientes de alrededor del 5 por ciento. Es algo diferente de las empinadas colinas de Lieja", explica Zonneveld.
El propio columnista de AD ha cambiado de opinión. "Creo que estoy de acuerdo con Van der Poel: que podría ser posible. Si tiene un día realmente bueno y si la forma de correr le favorece. Es decir: una carrera relativamente tranquila, en la que sólo pase en la última vuelta".
Zonneveld ve un escollo para Van der Poel, de 29 años. "Eso también significa que tiene que mantener la pólvora seca. Que tiene que guardar y esperar, que tiene que pilotar de forma económica. No atacar durante el mayor tiempo posible, aunque le piquen las piernas. Y conociéndole, ese puede ser el mayor reto".