Con sólo 19 años,
Zoe Backstedt ya está demostrando que es una de las mejores promesas del ciclismo femenino. Tanto en carretera como en ciclocross, la adolescente está saliendo de la sombra de su exitoso padre y haciéndose un nombre propio;
"Al fin y al cabo, no creo que haya más presión externa que la que ella misma se impone para rendir. Le encanta esto y quiere estar siempre en lo más alto del podio. Es lo único de lo que habla. De cuándo va a llegar", dijo su padre Magnus Backstedt a Velo. "Por supuesto, a veces puede ser algo difícil con el apellido. Pero creo que ya lo ha superado. Ella es su propia corredora y ha conseguido más resultados en el ciclismo que los que yo he conseguido nunca. Ella ha creado todo esto... es su propia persona, y creo que eso es bueno".
En lo que va de invierno, la galesa se ha coronado campeona de Europa sub-23 de ciclocross y ha logrado sus dos primeros podios en la Copa del Mundo de la UCI. Combinado con algunos resultados impresionantes en la carretera durante 2023, ha sido un año decisivo. "Creo que es demasiado pronto para saber qué tipo de corredora seré y en qué carreras lo haré bien", valora. "Quiero ganarlo todo. Por eso corro en moto. Por eso empiezo las carreras. Así que primero tenemos que ver adónde me lleva mi carrera".
Junto a Mark Cavendish, también comparte un interés mutuo: "Me gusta el Lego, construir Lego", sonríe. "Ahora tengo un montón en casa. Eso es lo que hago, sentarme y desconectar. A lo mejor pongo Netflix y veo una serie, o pongo música, dejo el móvil en algún sitio y me pongo a construir Lego un rato". Creo que Cav también construye Lego".
Pero, ¿cuáles son sus objetivos para 2024? "Sería genial poder ir a los Juegos Olímpicos", responde. "Creo que podría ser posible, pero es una selección muy complicada. Hay muchos buenos pilotos en el Reino Unido que van a por todas. Tendré que verlo. Y quizá también el Tour, si es posible, dependiendo también de mi estado de forma en ese momento. Ya veremos".
Y, por supuesto, ganar la carrera más sinónima de su padre, la París-Roubaix. "Es algo que quiero correr todos los años, si puedo", respondió. "Si puedo hacerlo, sería increíble. Pero es una carrera de suerte. Ya has visto lo que ha pasado este año, la han reducido a cinco o diez segundos, y se ha mantenido hasta el final. Así que no es algo que se pueda predecir".