El
Jumbo-Visma ha vivido un Tour de Francia increíblemente exitoso. A pesar de que varios de sus corredores han abandonado debido a las caídas, el equipo ha ganado los maillots amarillo y verde, además de seis etapas. Un esfuerzo brutal que se tradujo en la primera victoria de
Jonas Vingegaard en una Gran Vuelta.
"Queríamos ganar como equipo, y lo hicimos. Teníamos un grupo muy bueno de corredores y trabajamos muy bien juntos. El espíritu de equipo fue uno de los mejores que he experimentado", dijo Vingegaard en una entrevista con Cyclingnews. "El momento en el que Wout trabajó para mí en la etapa de Hautacam puso de manifiesto la forma en la que los chicos corrieron para mí, pero se comprometieron con el plan de carrera cada día y lo ejecutamos perfectamente. Eso me hace sentir especialmente orgulloso".
Vingegaard se hizo con el liderato del Tour al ganar la undécima etapa, cuando Tadej Pogacar se descolgó en el Col du Granon tras una avalancha de ataques del equipo holandés. A lo largo de Alpe d'Huez, Mende y Peyragudes los ataques fueron muchos por parte del esloveno, pero Vingegaard consiguió resistir cada uno de ellos, y en la última etapa de montaña hasta Hautacam contraatacó los primeros movimientos, y consiguió montar la victoria de etapa de amarillo.
"Fue después de Hautacam cuando empecé a creer de verdad. Es decir, siempre he creído en ello, pero Hautacam fue el momento en el que pensé que algo tenía que ir mal para que no ganara", continuó, revelando que, a pesar de haber sobrevivido durante una semana a los ataques de Tadej Pogacar, sólo en la última montaña del Tour confió en que se llevaría la victoria.
También deja de lado las acusaciones que han caído sobre el equipo a lo largo del verano: "Estamos totalmente limpios, cada uno de nosotros, y puedo decírselo a cada uno de ustedes. Ninguno de nosotros está tomando nada ilegal. Creo que la razón por la que somos tan buenos es la preparación que hacemos. Llevamos los campamentos de altitud al siguiente nivel y todo lo demás: los materiales, la comida y el entrenamiento. Creo que el equipo es realmente el mejor en esto. Por eso hay que confiar en nosotros".
Vingegaard y Roglic encabezaron este objetivo, preparándose juntos y dominando el Critérium du Dauphiné. Una planificación que estaba escrita en todos sus detalles, y que ha funcionado tal y como esperaba el danés. "Me gusta la parte de preparación de una gran carrera, el entrenamiento y la preparación. Es interesante para mí ver qué puedo hacer mejor, de qué podemos aprender del año anterior y hacerlo mejor cada año", continuó.
"Siempre estoy pensando en el proceso y en cómo podría ser mejor. También he estado pensando en ello para la próxima temporada. Por ejemplo, quiero evitar ponerme enfermo después de la Lieja-Bastogne-Lieja y ralentizar así mi preparación para el Tour de Francia", admite Vingegaard.