Tom Pidcock es, probablemente junto con Matej Mohoric, el mejor bajador del momento en el ciclismo internacional y ayer lo volvió a demostrar en la
Strade Bianche.
El británico salió a la rueda de Bettiol y Bagioli a 50 kilómetros de meta en una subida y, apenas un km después, durante una empinada bajada sobre tierra se marchó en solitario y nadie pudo alcanzarlo ya hasta Siena.
Las imágenes son brutales: Pidcock se lanza como un torpedo cuesta abajo sacándole una gran distancia a sus hasta entonces compañeros de fuga y adelantando a una moto de manera fulminante. Todo eso sobre un terreno de tierra plagado de piedrecitas. Brutal el talentoso británico del
INEOS Grenadiers que consiguió una extraordinaria y merecida victoria.