Un escapado de la París-Roubaix 2025 narra el infierno que vivió: "Fue una sádica..."

La París-Roubaix 2025 fue, lógicamente, acaparada por Mathieu van der Poel y Tadej Pogacar. Sin embargo, la primera mitad de carrera estuvo liderada por una escapada de calidad con ciclistas como Rory Townsend.

"Fue una lucha muy dura por la escapada", dijo el corredor de 29 años, al que se unieron en el grupo de cabeza Kim Heiduk, Oier Lazkano, Markus Hoelgaard, Jonas Rutsch, Max Walker, Jasper De Buyst y Abram Stockman, en declaraciones recogidas por Sticky Bottle. "No fue la escapada estándar en la que todo el mundo se sienta (en el pelotón). Estuvimos luchando durante 20 ó 30 minutos, y había algunos camiones en ese movimiento. Fue una lucha dura".

Con Townsend como especialista en escapadas, el irlandés se encargó de liderar a las tropas. "No paraba de decir a los chicos: 'mirad, sólo tenemos que llegar a Arenberg y tendremos una oportunidad', ese tipo de cosas. Intentaba que todo el mundo se centrara en esta idea", explica. "Al final, creo que tres o cuatro de nosotros nos quedamos delante para estar en cabeza en Arenberg".

Sin embargo, aunque Townsend y un grupo selecto se mantuvieron alejados de los perseguidores en el Arenberg, no pudieron aguantar mucho más, ya que los mencionados Van der Poel y Pogacar empezaron a lanzar sus grandes ataques. "Y me dije 'venga, vamos a darle caña'. Estaba emocionado por ver hasta dónde llegaba. Sólo es frustrante que, al final, me hayan quitado un poco la oportunidad de las manos".

"No digo que al final hubiera cambiado nada. No voy a poner excusas, pero estoy luchando con las lesiones y algunas pequeñas molestias. Pero habría estado muy bien participar un poco más en la carrera", añade. "Pero siempre queda el año que viene".

Siendo esta su segunda experiencia en los emblemáticos adoquines franceses, Townsend, que terminó 108º en su debut en 2024, mejoró ese resultado, esta vez cruzando la línea de meta en el puesto 76º. "Es divertido volver aquí la segunda vez", valora. "Flandes fue una verdadera revelación, fue un evento muy especial. Creo que Roubaix tiene ese carácter único. No puedo evitar pensar que es una sádica carrera de obstáculos y una carrera ciclista".

Por algo la llaman el Infierno del Norte.