La cima del Mont Ventoux fue escenario de momentos de caos y preocupación en la jornada de ayer, en una etapa marcada por el desgaste extremo y varios incidentes inesperados. Poco después de cruzar la línea de meta, Jonas Vingegaard fue derribado accidentalmente por un fotógrafo, provocando una situación confusa y peligrosa en plena llegada. Sin embargo, apenas unos minutos más tarde, la atención se trasladó a otro corredor: su compatriota escandinavo y rival en la clasificación general,
Tobias Johannessen, quien terminó la etapa visiblemente afectado y acabó desplomándose, generando una gran alarma sobre su estado de salud.
Johannessen, quien ocupaba la octava posición en la general, vivió una jornada especialmente difícil durante los 21 exigentes kilómetros de ascensión. Desde el inicio del ascenso quedó claro que no se encontraba en condiciones óptimas, y tuvo que afrontar la subida acompañado de su compañero de equipo Andreas Leknessund, visiblemente rezagado respecto al grupo de favoritos. Al final, perdió aproximadamente 4 minutos y 30 segundos con respecto a Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, y aunque la diferencia fue algo menor frente a sus rivales directos en el Top 10, su rendimiento dejó claro que no estaba atravesando su mejor día. Cruzó la línea de meta sujetándose el torso, con claros signos de dolor y fatiga.
Más tarde, el director deportivo Thor Hushovd informó que Johannessen había estado sufriendo calambres estomacales durante gran parte de la etapa. Al finalizar, su estado empeoró y terminó desplomándose, perdiendo momentáneamente el conocimiento. La escena generó gran preocupación entre el personal del equipo y los servicios médicos, ya que el corredor noruego tuvo que ser asistido con oxígeno en la misma cima antes de ser trasladado al área médica de la carrera para una evaluación más exhaustiva.
Afortunadamente, el susto no pasó a mayores. Según declaró el propio Johannessen en una entrevista concedida esta mañana a Sporza, ya se encuentra en buenas condiciones: "Sufrí bastante durante la subida, pero ahora me siento mucho mejor. Los médicos del Tour me han examinado a fondo y todo parece estar bien", explicó con serenidad.
Más allá del alivio por su recuperación, resulta llamativo el modo en que el joven corredor de 25 años rememora la situación, sin mostrar señales de angustia pese a lo vivido. "Tuve retortijones de estómago, fue un día realmente malo. ¿Perder el conocimiento? Bueno, sí, pero no pasó nada grave y enseguida empecé a encontrarme mejor", comentó con una naturalidad que sorprendió a muchos.
En un primer momento existía la posibilidad de que Johannessen tuviera que abandonar la carrera por motivos médicos, pero finalmente se decidió que continuaría en competición. Tras haber pasado una noche tranquila y reparadora, el ciclista se despertó con buenas sensaciones y con el visto bueno del equipo médico para seguir adelante. Según comunicó el equipo, todos los controles necesarios se realizaron en el hospital de Aviñón, y los resultados fueron satisfactorios. Johannessen podrá continuar luchando en los últimos días de carrera por un resultado importante para él y para su escuadra.
"No estaba realmente preocupado, pero los médicos necesitaban comprobar que todo estuviera en orden. Lo hicieron, y hoy puedo volver a empezar con la tranquilidad de saber que todo está bien", concluyó el noruego.