Tadej Pogacar está acaparando titulares en los dos últimos días al anunciarse su inesperado calendario. Con el
Tour de Francia todavía como objetivo, Thijs Zonneveld pone en duda sus posibilidades de ganar si vuelve a encontrarse en plena forma
Jonas Vingegaard.
"Es que no ha añadido a su calendario el Tour de Flandes, el criterium de Koekwauzerveen y el Festival de Eurovisión, pero por lo demás Tadej Pogacar simplemente lo corre todo", escribió Zonneveld en una columna para AD. "Tras el Tour del año pasado, en el que fue derrotado por Jonas Vingegaard por segundo año consecutivo, la pelota estaba en el tejado de Pogacar y su equipo UAE. ¿Qué iban a hacer? ¿Cuál sería su respuesta a la superioridad del Jumbo? ¿Qué sacrificios harían, qué tarifas recortarían? La respuesta: no borrarlo. De hecho, habrá una gran vuelta: el Giro. Así que el Gran Espectáculo Pogi volverá a ser un gran circo ambulante".
El analista holandés está muy convencido de que a Pogacar le encantan las carreras y no quiere centrarse en los mismos objetivos cada año. Además de eso, su estilo agresivo de correr y su versatilidad pueden hacerle luchar por victorias durante todo el año, y habiendo encontrado un especialista superior en Grandes Vueltas en Jonas Vingegaard, se tomó la decisión de poner un enfoque extra en el Giro de Italia, donde tiene más posibilidades de tener éxito en ganar una Gran Vuelta en 2024.
"El verano pasado se quejó a varios corredores del pelotón en las últimas etapas. Hacía demasiado calor, su bicicleta estaba rota, su equipo no lo entendía y no tenía ganas de prepararse todo el año como un monje para esa carrera de tres semanas con Vingegaard. Es un miembro de la generación del bingo: los mejores corredores de hoy no quieren ganar una carrera seis veces; prefieren ganar seis carreras diferentes una sola vez", argumenta.
Por lo tanto, esto también puede restarle presión a su intento de ganar el Tour de Francia, un objetivo que no ha logrado en los dos últimos años. "Con campos de entrenamiento y entrenamientos en altitud en lugar de carreras de un día y con mucha más atención a la nutrición y la aerodinámica. Pero él no quiere eso en absoluto. Quiere correr, quiere jugar, quiere poner nuevas cruces en su cartón de bingo. Es su fuerza y su debilidad al mismo tiempo".
"Ofrece un espectáculo nuevo cada semana -en carreras grandes y pequeñas-, pero paga el precio cuando corre contra pilotos casi igual de talentosos que sí se centran en uno o dos objetivos al año. Tiene tanta clase que sin duda rendirá aquí y allá, pero con tantas carreras es una utopía que sea lo suficientemente bueno como para vencer a un Vingegaard muy en forma en julio. Duelo arruinado, es una pena. Está bien que quiera jugar al bingo, pero atiborrar todo tu año con todas las carreras posibles que quiera correr es el otro extremo. No elegir rara vez es la opción correcta en el deporte de élite", concluye Zonneveld.