La posibilidad de ver a
Thijs Zonneveld formando parte de la
UCI no parece que vaya a producirse, al menos en el corto plazo.
Zonneveld es actualmente periodista, analista y corredor, pero tampoco descarta un puesto directivo en el futuro. Aunque la UCI le parece una caja negra en este momento, hay un rayo de esperanza de que quizá en el futuro pueda iniciar un cambio desde dentro.
WielerRevue habló con Zonneveld sobre la UCI y sus propias ambiciones de convertirse algún día en miembro de la junta directiva. "La UCI me parece un infierno. Antes de entrar en ella, primero tendría que ganarme la paciencia en algún sitio... Eso es lo triste en casi todas las asociaciones deportivas".
Zonneveld cree que para conseguir algo hay que ser alguien muy poderoso, alguien a quien un deportista normal difícilmente puede llegar. "Cuanto más grande es la asociación deportiva, más gestores de poder hay en la cúpula. Gente que no tiene nada que ver con el deporte en sí. Gente en los pasillos que no tiene absolutamente nada que ver con ese recién llegado que se pregunta si debe seguir con el deporte".
Con tanta burocracia y tantos procedimientos formales, a Zonneveld le resulta difícil encontrar su lugar en la organización por el momento: "Están tan alejados del deporte, que me resulta difícil mantenerme allí. Ahí es donde suele fallar, que la gente con pasión por el deporte abandona".
De momento, el neerlandés se aferrará a lo que mejor sabe hacer -su bolígrafo virtual y un trozo de papel- y seguirá proponiendo cambios a través de los medios de comunicación abiertos. "No me lanzaría sin más, pero creo en el periodismo participativo. Por eso corro, por eso organicé Veenendaal-Veenendaal en el pasado. Creo que a veces hay que salir de la torre de marfil para experimentar lo que es tener los pies en el barro".