En una columna bastante crítica, el periodista de AD o corredor del Club Ciclista BEAT
Thijs Zonneveld se ha implicado en el debate sobre el clima, que también parece estar cada vez más a la orden del día en el ciclismo.
La crisis climática se repite regularmente no sólo en el debate social, sino también en diversos deportes. En el caso del ciclismo, Guillaume Martin, "el filósofo del ciclismo", dio la voz de alarma a finales de 2022. "Nos enfrentamos a un problema grande, muy grande", dijo entonces el francés. En el último Tour de Francia, vimos a Movistar pedalear con camisetas hechas de plástico reciclado, que luego se subastaron a beneficio de programas de conservación de los océanos.
"En esta Vuelta, casi todo lo que puede salir mal, sale mal. Gracias a la torpeza amateur de la organización, pero sobre todo gracias al tiempo", empieza diciendo este fanático del ciclismo de 42 años.
Zonneveld se refiere, entre otras cosas, al movimiento del avión que salió completamente mal. "Por supuesto, el vuelo nacional también podría haberse hecho en tren. Nuestro clima está cambiando, el tiempo es cada vez más extremo. Tiene consecuencias para todos, incluido un deporte al aire libre como el ciclismo. Los ciclistas se enfrentan cada vez más a olas de calor e inundaciones, aguaceros y ráfagas de viento. El deporte apenas trabaja en eso ahora", prosigue su relato en tono crítico.
Está claro que Zonneveld no oculta su opinión. "Para ser muy sincero: a menudo odio que haya que parar la carrera cuando otro se pega al asfalto con las manos. Pero no se equivocan. Puede que entonces el ciclismo sea respetuoso con el medio ambiente; el ciclismo como deporte profesional es cualquier cosa menos eso. Por los países petroleros (EAU, Bahrein) y los magnates del plástico (INEOS) en los maillots, por las caravanas publicitarias que vierten toneladas de chucherías al borde de la carretera, por la procesión de coches y motos, por todos los desplazamientos, incluidos los de periodistas como yo".
"Un grupo de expertos en movilidad calculó que el UCI WorldTour es siete veces más contaminante que la Fórmula 1", afirma Zonneveld. "Apenas hay organizaciones y equipos que den prioridad a la sostenibilidad. Como deporte, vamos irremediablemente a la cola en lo que se refiere a medidas para limitar las emisiones de CO2". El ciclismo no es la única víctima del problema. Somos parte de él", concluye tajante.