Geraint Thomas está corriendo su último
Tour de Francia. El inicio de
INEOS Grenadiers está siendo horrible, con cero opciones de victoria hasta el momento y con
Carlos Rodríguez con malas sensaciones de cara a la general. Ayer G lo intentó en una jornada en la fuga tenía cero opciones de triunfo.
"Fue una salida muy rápida y había muchos equipos con ganas de meterse en la escapada", contó el galés en el pódcast Watts Occurring, junto a su compañero de equipo Luke Rowe. "Al principio estábamos 50/50 sobre si la escapada iba a cuajar o no... pero aunque UAE y Alpecin quisieran que el grupo fuera neutralizado, no puedes dejar que ellos dicten el desarrollo de la etapa".
Sin embargo, ese pequeño grupo nunca tuvo muchas opciones, y el pelotón mantuvo la escapada bajo control en todo momento.
"Si hubiéramos sido unos cuantos más —ocho, diez, doce—, de repente habríamos tenido más oportunidades. Pero sí, solo éramos cinco y nunca nos dejaron margen. Básicamente, corderos camino al matadero, colega".
Thomas se mostró animado y sincero, compartiendo detalles de lo que fue una de las horas iniciales más rápidas que se recuerdan en el Tour:
"Íbamos volando. Llevaba un plato de 54 dientes y a veces hasta me parecía pequeño".
A pesar de las pocas posibilidades, no se arrepentía de haber estado en la fuga.
"Ha sido agradable estar fuera del pelotón, la verdad. La primera semana ha sido muy intensa, todo el mundo intentando frenar más tarde que los demás en cada rotonda, sin ceder ni un centímetro. El simple hecho de poder rodar tranquilo durante unas horas ha sido mentalmente reconfortante".
El calor y la fatiga hicieron mella en la última hora.
"No me parecía duro en ese momento, pero en los últimos 20 kilómetros lo noté. No llegué a tener calambres, pero estuve cerca".
Cuando llegaron al Muro de Bretaña, Thomas supo que la aventura había terminado.
"Sabíamos que nos iban a atrapar. Así que pensé: ¿realmente quiero vaciarme ahora y quizá para nada? ¿Exprimirme solo para estar un kilómetro más delante?".
Al final, los hombres de la clasificación general decidieron lanzarse a por la victoria de etapa. Incluso Mathieu van der Poel se descolgó, tal vez pagando los esfuerzos acumulados en la primera semana. Tadej Pogacar superó a Jonas Vingegaard y firmó su 101ª victoria profesional, la 19ª en el Tour, volviendo a vestirse de amarillo.
Ese mismo maillot amarillo perteneció a Geraint Thomas hace siete años, en 2018. INEOS sueña con volver a tener un corredor en la lucha por la general, pero ya no dispone del poderío de antaño. De hecho, el tercer puesto de Thomas en el Tour de 2022 sigue siendo el último podio del otrora dominante equipo británico.
El día terminó con caos por detrás. Thomas relató cómo, al llegar a una curva, se encontró con ambulancias en la carretera y corredores como Jack Haig y João Almeida cubiertos de sangre tras una caída.
"Almeida se sujetaba la muñeca y no parecía muy convencido de que estuviera bien... Espero que se recupere. Iba directo a hacerse una radiografía después".
En cuanto a su equipo, Thomas afirmó que los Ineos Grenadiers empezaban a asentarse en la carrera, aunque los resultados aún no hayan llegado del todo:
"Carlos [Rodríguez] y Thymen [Arensman] empiezan realmente su Tour después del día de descanso. Tenemos tiempo".
Y ese tiempo es lo que Thomas piensa aprovechar al máximo en su último Tour.
"Hay que seguir intentándolo y mantenerse positivo", dijo. "Se trata de seguir formando parte de la carrera. Todavía queda dos tercios del Tour por delante".