La tercera etapa de la
Vuelta a España fue una jornada dura en la que estalló la lucha por la general. Los escaladores fueron a por todas en Arinsal, pero en las carreteras andorranas fue
Remco Evenepoel quien se mostró superior al resto.
Sin neutralizaciones de tiempo para los de la general y con la carrera totalmente en marcha, la carrera salió de Barcelona, en dirección a los Pirineos para la primera llegada en cima de la carrera en Arinsal. Un día ligeramente húmedo, nublado y muy ventoso en el que los escaladores tendrían su primera prueba seria.
Tratando de anticiparse a un estancamiento en la lucha por la general, un grupo que incluía a fuertes escaladores se puso al frente de la carrera, entre ellos Damiano Caruso (Bahrain Victorious) y Lennard Kämna (BORA - hansgrohe), que amenazaron el maillot rojo de Andrea Piccolo. Amanuel Ghebreigzabhier (Lidl-Trek), Pierre Latour (TotalEnergies), Eduardo Sepúlveda (Lotto-Dstny), Jasha Sütterlin (Bahrain Victorious), Andrea Vendrame (AG2R Citroën), Rune Herregodts (Intermarché-Circus-Wanty), Mathis Le Berre (Arkéa Samsic), José Manuel Díaz (Burgos-BH) y Jon Barrenetxea (Caja Rural - Seguros RGA) fue la constitución completa del grupo.
El pelotón, controlado primero por el EF Education-EasyPost y más tarde por el
Soudal Quick-Step y el Jumbo-Visma, empezó a reducir la diferencia. En el Coll d'Ordino la carrera comenzó a dividirse. A pesar de que la subida no era excesivamente dura, era larga y sólo dejaba a tres corredores en cabeza cerca de la cima: Caruso, Kämna y Sepúlveda.
En el pelotón, el equipo DSM-Firmenich apretó el ritmo. Jay Vine atacó, poco después Romain Bardet hizo lo mismo y se marchó junto con Wilco Kelderman. Sin embargo, el movimiento duró poco, ya que el pelotón aceleró en la lucha por posicionarse cerca de la cima. Sepúlveda se descolgó en cabeza mientras el Quick-Step lideraba al pelotón en el descenso técnico.
Al principio de la subida a Arinsal, Kämna atacó varias veces, pero delante el dúo decidió colaborar juntos. Los corredores de la general que venían por detrás permanecieron en un punto muerto debido al viento en contra durante varios kilómetros, pero a falta de unos 5 kilómetros Jay Vine y
Juan Ayuso se pusieron al frente, con un ritmo que rápidamente empezó a moler al pelotón y a comerse la diferencia de 1:40 minutos.
El objetivo parecía claro, Juan Ayuso atacó a falta de 2,7 kilómetros, seguido de los tres corredores del Jumbo-Visma, e inmediatamente después Sepp Kuss se lanzó en cabeza. Marc Soler se cruzó con él, pero justo cuando el dúo alcanzaba a Kämna -el último superviviente de la escapada- fueron alcanzados por los perseguidores liderados por Enric Mas. Soler volvió a atacar justo después.
Kuss le atrapó y luego lideró el sprint. Remco Evenepoel lanzó su sprint primero y luego tuvo la potencia superior, un movimiento poderoso que le valió la victoria por delante de
Jonas Vingegaard y Juan Ayuso.