En el pasado mercado ciclista,
Primoz Roglic fue la gran bomba al enrolarse con el
BORA - hansgrohe tras haber pasado la mayor parte de su carrera en el Visma - Lease a Bike. Actualmente se encuentra en el Criterium du Dauphiné, donde se ha colocado segundo en la clasificación general a 33 segundos de Remco Evenepoel después de haber terminado tercero en la contrarreloj de la cuarta etapa.
Roglic y el BORA - hansgrohe han tardado algún tiempo en ponerse de acuerdo, algo que el equipo reconoció haber subestimado. Roglic aprovecha así el Dauphiné para acomodarse a sus compañeros de equipo, explica el director deportivo
Rolf Aldag a Het Laatste Nieuws. Porque en el BORA no han previsto lo diferente que sería el entorno para el esloveno después de 8 años con Visma - Lease a Bike. "Todo es cuestión de rutina", opina Aldag.
Como ejemplo menciona la París-Niza, donde Roglic parecía que le faltaba algo en la carrera. "Hacía mal tiempo. Las chaquetas que Primoz llevaba en Visma eran diferentes a las nuestras. Un día casi se muere congelado en la bici porque no sabía qué ponerse. A menudo se trataba de cosas sencillas como ésta".
"No éramos realmente conscientes de lo que significa haber pilotado para otro equipo durante ocho años, conocer todos los detalles allí y luego llegar a una configuración completamente diferente. Se trataba de preguntas sencillas. ¿Cómo me siento con mi maillot de competición? ¿Llevo calentadores en los brazos o en las piernas y no aprietan demasiado? Tendríamos que haberlo averiguado de antemano".
Roglic y el equipo seguirían trabajando en ello en la Itzulia. Hasta que la caída echó por tierra los planes. "Sabíamos después de la París-Niza que teníamos que revisar muchas cosas. En el País Vasco teníamos la sensación de que estábamos poniendo las cosas en orden. Primoz ganó la contrarreloj, volvió la rutina, pero también nos hubiera gustado saber dónde se hubiera colocado en la clasificación."