Durante años,
Urska Zigart ha sido conocida por el gran público como la compañera del fenómeno moderno del ciclismo,
Tadej Pogacar. Pero en 2025, la eslovena de 28 años se aseguró de que la conversación cambiara, y de que sus propios resultados empezaran a hablar en alto.
Tras varios años de progreso constante, la primera temporada de Zigart con el AG Insurance - Soudal resultó transformadora. Una serie de podios, una impresionante actuación en el Tour de Romandía Femenino y un top-10 en los Campeonatos Europeos de Ronse consolidaron su llegada como una auténtica aspirante a la CG, que ya no es simplemente una corredora de apoyo o "la otra mitad" de una superestrella de las Grandes Vueltas.
"El potencial siempre ha estado ahí",
explica Zigart a Bici.Pro. "En términos de entrenamiento o números, no ha cambiado mucho, siempre he sido muy profesional en mi enfoque. Pero lo que ha cambiado es cómo veo ahora la competición y cómo me ve mi equipo. Juntos, por fin hemos conseguido sacar lo mejor de mí".
La campaña de Zigart no empezó sin problemas. Una enfermedad en primavera retrasó su impulso, pero una vez que regresó a la competición en mayo encontró, como ella dice, "la ola adecuada", y la mantuvo hasta el final de la temporada. A partir de junio, consiguió 13 primeros puestos y, lo que es más importante, redescubrió el placer de competir: "Empecé a disfrutar de verdad", afirma. "Eso cuenta más que cualquier otra cosa".
Su segundo puesto en la general del Tour de Romandía Femenino, en el que vistió el maillot de líder y sólo perdió el título por siete segundos ante la favorita local, Elise Chabbey, marcó el mejor resultado de su carrera hasta la fecha. La forma en que controló la carrera -tranquila, precisa y serena- reveló un nuevo nivel de madurez tanto en confianza como en ejecución.
Zigart en acción en Kigali
El paso de Zigart del Liv AlUla Jayco al AG Insurance - Soudal ha resultado fundamental. Tras años de ser considerada una escaladora talentosa pero irregular, ahora goza de la plena confianza de sus directivos y compañeros de equipo.
"A veces necesitas un cambio", explica. "Después de un tiempo con el mismo equipo puedes quedarte atascado en un bucle sobre quién eres y qué puedes hacer. Aquí encontré un nuevo enfoque para mis puntos fuertes y débiles. Gracias a la confianza y los ánimos de todos los miembros del equipo, he podido dar un verdadero paso adelante."
Esa convicción se ha traducido en resultados y en una identidad clara. Zigart ya no se define como una oportunista para las escapadas, sino como una corredora capaz de construir y defender sus ambiciones de clasificación general a lo largo de una semana. "Las carreras por etapas me van mejor", añade. "Uno de mis puntos fuertes es recuperarme bien día a día".
Lejos de su equipo profesional, Zigart admite que le decepcionó no ser seleccionada para los Juegos Olímpicos de París 2024, pero sigue estando muy orgullosa de representar a Eslovenia siempre que puede. También cree que los recientes éxitos de su país -desde Pogacar hasta Primoz Roglic y Matej Mohoric- han inspirado a una nueva generación de ciclistas, aunque persista la brecha de género.
"Definitivamente, ahora hay más mujeres que montan en bici", afirma, "pero sigue habiendo una gran diferencia entre los chicos que sueñan con ser ciclistas y las chicas que lo ven como algo que quieren hacer profesionalmente. No obstante, están surgiendo algunos jóvenes talentos, y estoy impaciente por verlos crecer".
Zigart y Pogacar forman una de las parejas más poderosas del ciclismo
Compaginar dos carreras élite
La profesión que comparten Zigart y Pogacar invita inevitablemente a la curiosidad. Ella insiste en que es más una ayuda que un obstáculo.
"Tiene sus pros y sus contras, pero nos funciona", reflexiona. "Los dos entendemos por lo que está pasando el otro, en los buenos momentos y en los difíciles. Los momentos más duros son cuando competimos en lados opuestos del mundo, pero cuando estamos juntos en casa, podemos hacerlo todo codo con codo."
Con la confianza, la coherencia y la serenidad finalmente alineadas, Zigart se acerca a 2026 con ímpetu. "El ciclismo femenino sigue dando pasos de gigante cada año", afirma. "Sólo quiero seguir ese ritmo y seguir mejorando. He probado lo que es posible, ahora quiero más".
Por una vez, el protagonismo no se lo ha prestado nadie. Urska Zigart se ha hecho con el suyo.