Perfiles y ruta de un durísimo Tour de Romandía 2025

El Tour de Romandía será la última carrera por etapas de la primavera y la antesala del Giro de Italia. La ronda suiza atrae cada año a algunos de los mejores especialistas en vueltas por etapas gracias a sus exigentes recorridos de montaña y sus contrarrelojes, y en 2025 no será la excepción. A continuación, analizamos sus perfiles.

Como es habitual, la carrera de seis días arranca y concluye con contrarrelojes, ambas cortas pero con trazados exigentes que distan de ser completamente llanos. Entre medias, los cuatro días restantes se disputarán íntegramente en terreno montañoso, donde puede desarrollarse una batalla táctica, especialmente en la penúltima etapa, que presenta un recorrido de alta montaña con un final en alto realmente duro. Remco Evenepoel, gran favorito; Jonas Vingegaard, en casa descansando. Carlos Rodríguez intentará defender su título.

La carrera comienza con un prólogo corto y explosivo en Saint-Imier. No es tan habitual hoy en día ver una contrarreloj tan breve en el World Tour, pero la prueba suiza mantiene su tradición y abrirá algunas diferencias en los próximos días.

Con siete curvas complicadas, una salida bastante exigente en subida y un final en descenso, se trata de un esfuerzo en el que los corredores no pueden permitirse un ritmo descontrolado.

La etapa 1 es uno de los días más inusuales del calendario World Tour de este año, pero podría ofrecer una carrera muy emocionante. La jornada arranca con una subida de 1,7 kilómetros al 10 %, y en sus dos primeros tercios presenta varias ascensiones cortas y empinadas, siendo la última de 3 kilómetros al 12 %.

En esta parte de la etapa, que finaliza a 75 kilómetros de meta, podrían producirse ataques importantes, ya que el terreno es propicio para ello. Sin embargo, la larga distancia restante siembra dudas sobre quién se atreverá a intentarlo.

Después, el recorrido será más rodador, con algunas subidas menores, dos sprints intermedios y, finalmente, una ascensión al 9 % hasta el último kilómetro en Friburgo, un final explosivo y difícil de controlar.

La etapa 2 comienza con otro tramo muy exigente, con dos subidas bastante empinadas, aunque en este caso más largas y mejor adaptadas a los escaladores: 7 kilómetros al 7,7 % y, a continuación, 9,8 kilómetros al 5,4 % (aunque con tramos notablemente más duros). Ambas se completarán con solo 42 kilómetros de carrera disputados.

Será un terreno propicio para que se forme una escapada sólida. Más adelante en la jornada, el recorrido incluye nuevas ascensiones, una de ellas de 5,8 kilómetros al 5,9 %, seguida de un descenso, y otra ya conocida por el pelotón.

Los corredores volverán a enfrentarse a la subida a Chaumont, donde la clasificación general podría romperse en pedazos, no muy lejos de la llegada llana en Saint-Aubin-Sauges. Esta ascensión, de 3,2 kilómetros al 11,4 %, concluye a solo 48 kilómetros de meta, y gran parte del tramo final será en descenso o llano.

La etapa 3 es probablemente la jornada no contrarreloj más fácil de la carrera, pero aún así será un día propenso a marcar diferencias. A lo largo del día, los corredores subirán y bajarán, pero sin ninguna ascensión realmente significativa. Casi un día ideal para una escapada, será complicado organizar una persecución fuerte en este terreno.

A 40 kilómetros de la meta se encuentra el Col de Mollendruz, con más de 14 kilómetros al 3,5 %. Es una subida rodadora, pero en la que pueden producirse ataques tanto en la escapada como en el pelotón, aunque también podría causar daño.

Después, los corredores ascenderán hasta la línea de meta en Cossonay, una subida de 2,2 kilómetros al 5,7 %. No es una ascensión muy dura, pero verá una mezcla de "sprinters", puncheurs y escaladores reunirse para una probable llegada al sprint.

La etapa reina, sin duda. Habrá 4.100 metros de desnivel en apenas 128 kilómetros. Es un día en el valle, con ascensiones alrededor de Sion, donde comienza la etapa. Nada más arrancar, 14,5 kilómetros al 7 %, seguidos de 3,8 kilómetros al 5,8 %.

Después de rodar por carreteras llanas, los corredores se enfrentarán a una segunda combinación de subidas que agotarán aún más a los ciclistas: 11,5 kilómetros al 6,8 % y 5,8 kilómetros al 5,1 %, la última de las cuales finaliza a 44 kilómetros de la meta. Habrá una bajada antes de la subida final, lo que hará que la lucha por la posición sea crucial.

Las cuatro subidas categorizadas pondrán a prueba a los corredores, pero sin duda será en la mítica ascensión a Thyon 2000 (20,2 kilómetros al 7 %) donde se decidirá la etapa (y tal vez la carrera). La subida es larga, empinada, se desarrolla a gran altitud y tiene una pendiente constante. No hay lugar para esconderse, y será una de las principales pruebas de escalada de la temporada.

Al igual que comienza, la carrera concluye con una contrarreloj. Esta tiene 16,9 kilómetros de longitud y un verdadero potencial para marcar diferencias significativas. Sin embargo, no es completamente llana, ya que comienza con un tramo muy técnico y en ascenso en Ginebra, además de incluir una subida de 3 kilómetros al 4 % durante el recorrido. En definitiva, es un esfuerzo difícil de medir, y una contrarreloj que podría ofrecer resultados interesantes.