El 28 de febrero, el pelotón belga se enfrenta a una de las semiclásicas más prestigiosas.
Le Samyn ha protagonizado carreras espectaculares, y este año no va a ser una excepción con el circuito final explosivo y lleno de adoquines.
La carrera de 209 kilómetros tiene una primera mitad mayoritariamente llana y un circuito final en el que se decidirá la carrera. Se darán tres vueltas completas a un circuito que tiene su final en Dour, que cuenta con cuatro sectores adoquinados y dos pequeñas subidas. La subida hasta la línea de meta será igual de exigente. Es una carrera en la que la táctica es muy importante y se espera mucha agresividad.