Ben Healy ha vuelto a ser protagonista en las clásicas de las Ardenas este año, logrando sendos top 10 en la Amstel Gold Race y en la Flecha Valona durante la última semana. Con la
Lieja-Bastoña-Lieja a la vuelta de la esquina este domingo, el irlandés busca de nuevo dejar su huella.
"El hecho de que sea un Monumento la convierte en una de las mejores carreras, pero para mí, los aficionados en La Redoute y Roche aux Faucons la elevan a otro nivel. Cuando estás sufriendo allí arriba y todo es un muro de sonido, es una de las sensaciones más increíbles", comenta Healy en un comunicado de prensa previo a la carrera, publicado en la web oficial del equipo EF Education-EasyPost.
"En los últimos años se ha corrido de forma muy agresiva. Se trata de ahorrar todo lo posible y luego, con suerte, tener buenas piernas para aguantar en La Redoute. Y, una vez formado el grupo, volver a conservar energías hasta Roche aux Faucons, la última gran subida", añade el irlandés. "Las carreteras de las Ardenas son estrechas, reviradas y siempre en constante desnivel. Así que, cuanto más adelante vayas en el pelotón, mejor. Para eso hace falta fuerza en las piernas, y ese será el trabajo de mis compañeros el domingo. Después, en el final, solo queda sufrir".
Tras finalizar cuarto en la Lieja-Bastoña-Lieja de 2023, Healy es, sin duda, uno de los nombres a seguir en la lucha por el podio en esta edición. Sin embargo, si quiere desafiar a corredores como Tadej Pogacar y Remco Evenepoel, el ex campeón nacional irlandés cree que deberá anticiparse.
"Tengo que intentar abrir hueco y ponerme por delante. Es lo que he intentado en los dos últimos años y parece que funciona. Se trata simplemente de correr con inteligencia y gastar energías de forma eficiente", explica para concluir. "Puedo posicionarme por mí mismo en la final, pero si Nielson Powless o Archie Ryan están allí, endureciendo la carrera, sería clave".