Matteo Trentin es uno de los corredores más experimentados del pelotón y también uno de los que más se hace oír cuando se trata de la seguridad de los ciclistas. En una entrevista reciente, ha comentado su opinión actual sobre algunas cosas que podrían cambiar para mejorarla.
Una de esas propuestas está ganando velocidad, ya que el italiano (como otros de la talla de Christian Prudhomme y Chris Froome) también defiende la limitación de las marchas más largas: "La limitación de marchas puede ser parte de la solución, junto con cambios más grandes. No podemos dar por sentadas las caídas. Tenemos que tener esa mentalidad y cambiar a mejor, como han hecho otros deportes", dijo Trentin en palabras a Cyclingnews. El objetivo es evitar en la medida de lo posible que los ciclistas alcancen velocidades muy altas en los descensos, ya que puede aumentar seriamente el riesgo en caso de caídas, pero también su probabilidad.
"Tenemos que entender que el ciclismo ha cambiado. Las velocidades son más altas, pero en realidad ése no es el principal problema. El nivel general de intensidad y competitividad también ha aumentado. Donde antes había 15 corredores entrando en una curva, ahora hay 50 que van a por todas", añade, aunque es algo lógico y que difícilmente se puede evitar. "En otros momentos clave de las grandes carreras, los pilotos no se descuelgan ni se alinean como antes. Eso sólo crea más problemas y requiere más atención".
Es la evolución natural de un deporte en el que cada detalle importa, y hoy en día los equipos, independientemente de su calidad, simplemente no permiten voluntariamente que los equipos más fuertes estén al frente de la carrera todo el día. En las salidas de las subidas (principalmente en las clásicas), los sectores adoquinados, los descensos técnicos u otras características, hoy en día la mayoría de los equipos hacen planes funcionales de entrar en cabeza. El aumento del número de corredores obliga a todos los equipos a aumentar el ritmo para mantenerse en cabeza, y algunos también están dispuestos a asumir grandes riesgos para conseguirlo.
"Recuerdo cuando siempre estábamos en un lado y los organizadores en el otro. El nuevo proyecto SafeR nos ha unido. La UCI ya no puede meter la cabeza en la arena cada vez que ocurre algo. Se han dado cuenta de que tienen que actuar como cualquier buen órgano de gobierno, encontrar soluciones a los problemas y unir a todo el mundo", dice directamente Trentin
El corredor de 35 años no oculta que le preocupa mucho la peligrosidad del ciclismo profesional, especialmente como especialista en clásicas, donde se pueden vivir decenas de momentos de este tipo en un solo día.
"Los deportistas siempre queremos rendir. Nos dejamos la piel 365 días al año para rendir. Si no quiero correr, no es porque sea blando o porque busque un enfrentamiento, es porque no es seguro y, por lo tanto, no es posible. Cuando los atletas de cualquier deporte te dicen que algo no es seguro, todo el mundo tiene que escucharles".
Sin embargo, señala que algunos cambios son eficaces, y pone el ejemplo muy obvio de la Trouée d'Arenberg en París-Roubaix, en la que se insertó una chicane artificial antes de su salida para ralentizar a los corredores que entraban en ella. "La forma en que cambiaron la entrada al Bosque de Arenberg en París-Roubaix después de escuchar a los corredores fue un ejemplo de ello. Ha habido muchas caídas allí, pero ahora, gracias a la chicane, ese peligro se ha reducido"
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