Sir Mark Cavendish se retiró al concluir 2024 como el velocista más laureado de la historia del ciclismo. Sin embargo, aunque su final de carrera fue inmejorable, el británico también ha tenido que vivir la parte mala de poseer una riqueza conocida por el público general.
En noviembre de 2021, la estrella británica fue víctima de un horrible robo a mano armada en su casa de Essex. Unos ladrones enmascarados entraron en la casa de Cavendish blandiendo grandes cuchillos negros mientras Mark, su mujer Peta y su hijo Casper dormían en la cama.
Aunque finalmente despojaron a Cavendish de dos relojes Richard Mille, valorados en conjunto en 700.000 libras esterlinas, así como de un teléfono y un maletín Louis Vuitton, fue la violencia del incidente lo que aún sigue presente en la mente del ahora plusmarquista del Tour de Francia, de 39 años, más de tres años después.
"Tengo flashbacks todo el tiempo. Tener un cuchillo apuntándote a la garganta delante de tu hijo...", explica Cavendish en conversación con The Telegraph. "Fue horroroso. Piensas en lo que podrías haber hecho [de otra manera]. Todo el mundo piensa: 'Yo lucharía'. Y claro que me columpiaba al principio. Pero te digo, a cualquiera que le pongan un cuchillo en el cuello, no puedes hacer nada. Mi mujer estaba allí, mi hijo. No podía hacer nada".
"Para ser justos, tengo suerte porque estaba allí. Me alegro más de haber estado allí que si le hubiera pasado a Peta y a los niños cuando yo no estaba. Nunca me lo habría perdonado", Cavendish continúa. "Buscaban un reloj [en particular] que ni siquiera me pertenecía. Me lo habían prestado para algo. Los premios GQ o algo así. Y luego lo había devuelto".
Desde entonces, tres de los atracadores armados han sido condenados por el delito, aunque uno de los miembros sigue huido. Sin embargo, según Cavendish, algunas de las reacciones en Internet le decepcionaron un poco. "Ser vilipendiado por tener relojes caros", explica.
"En primer lugar, Richard Mille es un socio. Uno de los socios que me apoyó a nivel personal cuando estaba en mi punto más bajo. En segundo lugar, hoy han visto de dónde vengo, ¿saben? He hecho todo yo mismo. He pagado mis impuestos. Aunque hubiera comprado [ese reloj] yo mismo, ¿cómo podría ser vilipendiado por ello? ¿Por qué no habría de hacerlo?", concluye el recuerdo del misil de Manx.