Marcos Maynar, sobre Gurpegi y Sabino Padilla: "Mientras fue médico de Induráin era un santo, porque aquí en España a los ídolos no se les puede tocar"

Uno de los casos de dopaje más mediáticos de España en el siglo XXi es el del exjugador del Athletic de Bilbao Carlos Gurpegi, en el que Marcos Maynar estuvo de algo forma implicado junto al doctor Sabino Padilla.

Maynar dice en su entrevista en El contraanálisis, en el que detalla la Operación Ilex, que el jugador en ningún momento se dopó y lamenta el trato que sufrió su colega Padilla, comparándolo con el buen trato que había tenido cuando era médico de Miguel Indurain.

"En este país cuando te ponen la cruz, es lo que hay. En los dos casos en los que he sido juzgado en los dos me han declarado inocente".

"El problema de Gurpegi quedó sin solucionar porque el juez de la justicia ordinaria se lavó las manos como Poncio Pilatos. En el caso de Gurpegi fueron a por Sabino Padilla, que fue médico de Miguel Indurain. Mientras fue médico de Induráin era un santo, porque aquí en España a los ídolos no se les puede tocar.

Cuando estaba en el Athletic de Bilbao ya empezaron a tocarle las cosquillas. Y Gurpegi yo te digo que es una persona que produce nandrolona de forma natural. Había muchas anomalías. Se le hizo estudios genéticos que demostraban su anomalía. Lo de Gurpegi mejor no tocarlo porque ha sido una vergüenza muy grande que le hicieron pasar al jugador que no se lo merecía y a Sabino Padilla que tampoco", finalizó.

Marcos Maynar fue sancionado 10 años por la Federación Portuguesa de Ciclismo tras el fallecimiento del ciclista portugués Bruno Neves, aunque fue absuelto por la justicia portuguesa de cualquier relación con el fallecimiento o con una trama de dopaje en el equipo LA-MMS.

Sobre este tema, que siempre la ha perseguido, el médico que está siendo actualmente juzgado por la Operación Ilex, comentó lo siguiente a Javier Ramírez en El contraanálisis:

"En una carrera de Portugal en la que no había médicos este chaval se cayó y su muerte fue por asfixia y no por un infarto de miocardio. Yo le dije al presidente que él era el culpable de su muerte porque si hubiera habido médicos en la prueba lo hubieran atendido correctamente y el corredor habría vivido. Y eso es lo que más me cabrea".

"Yo no era el jefe de los servicios médicos del Maia. Yo veía a los corredores del Maia y los asesoraba en algunas carreras. Tú te imaginas lo duro que fue eso para mí que me achacaran a mí la muerte de una persona, que me achacaran que yo pude haber hecho algo. Por dios, eso es una barbaridad", concluía.