Lotte Kopecky llegaba al
Mundial de Zúrich como una de las grandes favoritas para la prueba contrarreloj. Ella misma ya avisó de que ponía a otras corredoras por delante de ella, pero que se veía peleando por el podio. Finalmente, quedó muy lejos del tercer puesto, a 43 segundos, y ni hablar de la medalla de oro conquistada por
Grace Brown, a 1:39.
Kopecky, que se había perfilado como una de las candidatas al podio tras ganar el título europeo en Hasselt la semana pasada, tuvo náuseas después de la carrera y optó por no pararse a conceder entrevistas inmediatamente después de terminar. En una carrera en la que algunas de las mejores ciclistas del mundo compitieron por el maillot arcoíris, Kopecky se encontró fuera de ritmo desde el principio.
La carrera fue ganada por la campeona olímpica australiana Grace Brown, que se retirará al final de esta temporada. Demi Vollering terminó segunda, mientras que la defensora del título, Chloe Dygert, completó el podio en tercera posición, a casi un minuto de la australiana.
En declaraciones a Sporza tras la carrera, Kopecky fue sincera sobre sus dificultades: "No había nada más. Empecé con cuidado, pero ya estaba al límite desde el principio. Ya sentía que no podía hacer un buen tiempo. Mi plan de carrera era acumular reservas hasta el pie de la primera ascensión, pero en realidad no fue posible. Estaba rodando muy por debajo de mi nivel".
Kopecky ya está pensando en la carrera en ruta de esta semana. "No he estado a la altura. Pero es lo que hay. Ahora entrenaré duro dos días más y espero estar fresca para la carrera en ruta del sábado", añadió.
Ahora que se centra en la carrera en ruta, Kopecky intentará recuperarse y volver a demostrar su valía en la escena mundial.