"La victoria en el Tour de Francia y ésta, es tan gratificante": Jasper Philipsen, primer líder de la Vuelta a España 2025

La Vuelta a España 2025 levantó el telón con una primera etapa diseñada para los hombres rápidos, y el desenlace no pudo ser más claro: el velocista más en forma del pelotón volvió a demostrar su supremacía.

Jasper Philipsen, líder indiscutible del Alpecin-Deceuninck, se impuso con autoridad en el sprint masivo y se vistió con el maillot rojo de líder, repitiendo así el mismo inicio exitoso que ya protagonizó en el pasado Tour de Francia. El belga, que llegaba con la etiqueta de gran favorito para los finales al esprint en esta edición de la Vuelta, no desaprovechó la primera ocasión que se le presentó.

Tras cruzar la meta con una ventaja clara sobre sus rivales, Philipsen reconoció la importancia de este triunfo en sus declaraciones posteriores: “Ganar siempre es bonito, y más cuando todavía hay un maillot rojo esperando. Tengo que volver a dar las gracias a mis compañeros de equipo. Al igual que en la primera etapa del Tour de Francia, pudimos resolver la salida como queríamos”.

El desenlace de la jornada estuvo marcado por la tensión y el caos habituales en los kilómetros finales de una gran vuelta. Sin grandes sprinters de referencia en el pelotón, ausente, por ejemplo, un Mads Pedersen que siempre suele ser protagonista, el bloque del Alpecin-Deceuninck tomó la responsabilidad de controlar los últimos metros. Y lo hizo con precisión quirúrgica.

“Jonas (Rickaert) y Edward (Planckaert) hicieron un trabajo perfecto en el kilómetro final; no tuve que lanzar el sprint hasta los 175 metros, así que salió todo perfecto”, explicó el belga. La estrategia fue ejecutada al detalle: los lanzadores marcaron el ritmo y abrieron el espacio justo para que Philipsen arrancara en primera posición, sin necesidad de mirar atrás.

Ninguno de sus rivales fue capaz de inquietarle ni de despegarse de su rueda. Este triunfo supone, además, un nuevo punto de inflexión en una temporada irregular para Philipsen, marcada por episodios de mala suerte y caídas, pero también salpicada de victorias de gran calibre.

Él mismo lo reconocía con sinceridad: “He tenido varios momentos difíciles esta temporada, pero también algunos momentos estelares, con la victoria en el Tour de Francia y ahora ésta. Por eso resulta tan gratificante”.

El premio añadido es el liderato provisional de la carrera, con el maillot rojo sobre sus hombros. Philipsen iniciará la segunda etapa en esa condición y, más allá de la clasificación general, ya piensa en otro objetivo que podría estar a su alcance: el maillot verde de la clasificación por puntos.

La ausencia de rivales directos como Pedersen en los sprints allana ese camino. “Después de mi caída me sentí muy decepcionado. Trabajas muy duro y, de repente, tienes que cambiar tus objetivos. El maillot rojo era uno de ellos, aunque sabíamos que sólo teníamos una oportunidad. No hay muchas llegadas masivas en esta Vuelta, así que había que aprovecharla”, concluyó.