La muerte de la joven
Muriel Furrer ha marcado el
Mundial de Zúrich y ahora conocemos más datos sobre lo que ocurrió durante los minutos posteriores a su fatal accidente. Y esos datos hablan de una clara irresponsabilidad de la
UCI y de la organización del campeonato a la hora de reaccionar al accidente y transportar a la ciclista al hospital más cercano.
Sin testigos conocidos, sin transmisores GPS y sin radio de carrera, el accidente de Furrer pasó completamente desapercibido para el personal de carrera. El periódico suizo Blick ha analizado y encajado con cautela las piezas del rompecabezas para comprender lo sucedido e informan de que el accidente debió de producirse sobre las 11.03 horas, pero el lugar del accidente de Furrer no se encontró hasta las 12.33 horas, cuando la carrera ya había terminado. El helicóptero que transportaba a Furrer al hospital de Zurich despegó del lugar a las 12:32h, llegando sólo tres minutos después al hospital.
Blick ha identificado a dos ciclistas que se encontraban cerca de Furrer en el momento de la caída. CyclingUpToDate puede evaluar que probablemente una de ellas fuera la húngara Réka Tóth. Pero la caída directa en la zona boscosa o las consecuencias de la misma tampoco fueron vistas por las personas con las que el medio de noticias suizo tuvo contacto.
No es normal que en una carrera profesional, y menos en un Mundial, puedan suceder estas cosas: que una ciclista se caiga y nadie reaccione hasta hora y media después.