La conmovedora historia de Mathieu van der Poel y un aficionado de 7 años en la París-Roubaix

En una de las mejores actuaciones de su ya histórica carrera profesional en la París-Roubaix el domingo, Mathieu van der Poel no sólo consiguió la victoria más rápida de todos los tiempos en el Infierno del Norte y la más larga en solitario en 30 años, sino que el neerlandés también alegró el día a un aficionado de 7 años. El joven Ayden Brancart y sus padres, Tom y Mariska viajaron al borde de la carretera para mostrar su apoyo al campeón del mundo mientras abordaba los históricos adoquines franceses.

"Ayden está loco por Mathieu y se había puesto su maillot para apoyarlo con total dedicación", dice el padre Tom en conversación con Het Nieuwsblad, revelando que su hijo ya había conseguido un maillot arco iris firmado a mano por el corredor del Alpecin-Deceuninck en Koksijde durante el invierno.

"Ayden vio venir a Mathieu y ya estaba gritando. Viste a Mathieu mirar su botella de agua y luego lanzársela a Ayden", continúa su padre, recapitulando lo sucedido este domingo. "Incluso hizo que Ayden se callara por un momento. Y conseguir que se calle, ¡es difícil!".

Al final, van der Poel se hizo con una estruendosa victoria en la París-Roubaix. En la edición más rápida de la historia de la carrera, van der Poel se impuso por tres minutos a su compañero de equipo, Jasper Philipsen, consiguiendo de paso su segundo monumento de la temporada.

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