Kristen Faulkner inscribió su nombre en los libros de historia con una impresionante victoria en la carrera femenina en ruta de los Juegos Olímpicos de París 2024. Su medalla de oro no fue solo un triunfo de su capacidad atlética, sino también un testimonio de su resiliencia, forjada por su crianza en las difíciles tierras salvajes de Alaska.
En una conversación en el Club Ciclista Geraint Thomas,Faulkner reflexionó sobre cómo sus raíces de Alaska influyeron en su viaje en bicicleta. "Alaska es un lugar duro para crecer", compartió. "A veces hacía frío y llovía, y a veces había que dormir en la tienda con la ropa mojada. Otras veces nos quedábamos sin comida o encontrábamos osos".
Estas primeras experiencias enseñaron a Faulkner a mantener la calma bajo presión y a resolver problemas ante el peligro. "Había muchas situaciones en las que estaba asustada o nerviosa. Aprendí a sentirme cómoda en situaciones incómodas y a resolver problemas cuando realmente tienes que hacerlo", explica. "Si te encuentras con un oso, tienes que resolver ese problema, de lo contrario las consecuencias son enormes. De repente, un pinchazo no parece tan grave".
Incluso durante el brote de COVID en 2020, Faulkner siguió pedaleando en Alaska, sorteando el doble reto de la formación a distancia y los encuentros con la vida salvaje. "Anduve en bicicleta por Alaska durante el brote de COVID de 2020. Tenía que llevar spray para osos conmigo todo el tiempo porque me encontraba constantemente con osos en mi bicicleta", recuerda. "Recuerdo una vez que estaba en un callejón sin salida y había un oso detrás de mí. Me dije: '¿Qué hago ahora? En teoría, el ciclismo de montaña en Alaska es estupendo porque hay muchos bosques. Pero hay muchos osos. En bici, vas muy rápido y los movimientos bruscos y rápidos son los que asustan a los osos".