Kevin Vauquelin es una de las grandes promesas del ciclismo francés y se cree mucho en su potencial. Tras completar su primera Gran Vuelta en 2023 en la
Vuelta a España, el corredor de 22 años dio el siguiente paso en su desarrollo.
"Fue una curva de aprendizaje", dice Vauquelin a Cyclism'Actu, reflexionando positivamente sobre lo que a la postre fue un decepcionante debut en una Gran Vuelta antes de su abandono en la 15ª etapa. "También es positivo que llegue a un objetivo, una carrera tan grande, con un estado psicológico mermado y no al 100% físicamente. Me permitió afrontar la carrera con otra visión, creo que me servirá en los próximos años. Una Gran Vuelta no es nada, no se llega chasqueando los dedos. Puede ser una bendición disfrazada".
A pesar de esa mala actuación en España, hubo muchas actuaciones positivas de Vauquelin a lo largo de 2023. "Por supuesto, hubo victorias en el Tour de los Alpes Marítimos y del Var, y en el Tour du Jura, pero también recuerdo el 5º puesto en la París-Niza en La Loge des Gardes. Me impulsó y me permitió decirme a mí mismo que todo es posible", recuerda.
"Me caí en la región del Tour Pays de la Loire y tuve secuelas de esta caída, que no sentí enseguida. Apreté mucho en el Tour du Jura y en el Tour du Doubs y fue entonces cuando empecé a sentir tirantez. Y cuando llegué al Tour de Romandía, ya era demasiado tarde. Tenía una tendinopatía del psoas. Así que me fui para recibir tratamiento y descansar. Fue un periodo bastante complicado, porque pasar de grandes sensaciones a pocas no era fácil de llevar. Y en cuanto volvimos a empezar, fue complicado, después de dos meses casi sin montar", concluye Vauquelin.
"Tenía muchas dudas. Me preguntaba... ¿cómo llegué tan alto y caí tan bajo? ¿Realmente soy yo? ¿Dónde estoy? Nos hacemos muchas preguntas. Pero por otro lado, al principio de la temporada, siempre dije que estaba en la cresta de la ola y que podía bajar en cualquier momento".