Jonas Vingegaard es un corredor que ha logrado grandes cosas, pero hasta hoy nunca había ganado una carrera por etapas de una semana a nivel World Tour. Hoy, en la
Itzulia, ha tachado ese requisito de la lista, al imponerse con un ambicioso y arriesgado movimiento en solitario y sumar su tercera victoria de etapa de la semana.
"Ha sido un día muy bueno para nosotros. Tengo que volver a dar las gracias a mis compañeros de equipo, han estado fantásticos. Teníamos la carrera asegurada con dos hombres en el grupo de cabeza. Hoy lo hemos hecho perfectamente", dijo Vingegaard en una entrevista posterior a la carrera. El
Jumbo-Visma contaba con Attila Valter y Steven Kruijswijk - sus dos mejores gregarios en las subidas - en la escapada para anticiparse a los ataques en Krabelin. No se produjo ninguno, y el equipo holandés pudo utilizarlos a pesar de verse atrapado en una parte brutal de la etapa.
En la subida a Itzua, Vingegaard se sintió cómodo y, a pesar de liderar la carrera, atacó en cabeza. Con las mejores piernas del día, pasó a sus compañeros de equipo y luego se marchó en solitario. Fue una victoria cómoda, en la que también apretó en los descensos y consiguió una gran ventaja de cara a la recta de meta de Eibar. Más que una simple victoria, Vingegaard parecía querer hacer una declaración de intenciones, y al ganar su tercera etapa de esta forma -como hicieron Pogacar y Roglic en París-Niza y Tirreno-Adriático respectivamente- lo ha conseguido.
"Pensé: si quiero atacar, tiene que ser en la penúltima subida, porque la última no es lo suficientemente dura como para marcar una gran diferencia. Tenía piernas y quería intentarlo. No sé si he sido lo mejor, pero he podido escaparme y estoy muy contento de ganar por primera vez una carrera por etapas WorldTour de una semana", concluyó. Fue un triunfo cómodo que devolvió a Vingegaard al peldaño más alto. Este verano dará prioridad al Tour de Francia, pero es posible que participe en las clásicas de las Ardenas en las próximas semanas.