Jasper Philipsen, sobre su caída en la París-Roubaix: "Fue una situación de mierda"

Jasper Philipsen llegó a la París-Roubaix 2025 con sed de redención. Tras ser segundo en 2023 y 2024, todo apuntaba a que el belga del Alpecin-Deceuninck volvería a subir al podio en el monumento más brutal del ciclismo. Sin embargo, en esta edición, el "Infierno del Norte" mostró su cara más cruel y despiadada. Philipsen cruzó la meta en la undécima posición, a más de cuatro minutos y medio del vencedor, su propio compañero de equipo, Mathieu van der Poel.

El drama comenzó pronto. En el primer sector de adoquines, Philipsen fue uno de los implicados en una caída que marcaría su día. “Fue una situación de mierda”, confesó con franqueza a Sporza después de la carrera. “Aun así, logré volver a la carrera y aguantar la selección. Llegué al frente con los mejores, pero desde ahí todo fue una cuestión de supervivencia”.

El belga se rehízo con valentía, volvió a conectar con los favoritos y llegó a formar parte del trío más temido del pelotón: Van der Poel, Pogacar y él mismo. El podio parecía casi asegurado… hasta que la batalla final comenzó.

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Cuando Van der Poel y Pogacar elevaron el ritmo, cada metro fue una tortura. Philipsen luchó con todo, pero su cuerpo, maltrecho por la caída y desgastado por los esfuerzos previos, comenzó a decir basta. “Me dolía la espalda, sobre todo cuando estaba delante con esos dos monstruos”, admitió con humildad. “Me sentía cada vez más vacío. Cuando atacaban, simplemente no podía seguirles. No era el más fuerte, y se notó”.

La ilusión se transformó en frustración, y de la gloria del podio, Philipsen pasó a hundirse en los últimos kilómetros. Terminó lejos, pero con la cabeza alta, consciente de haberlo dado todo. “Esta es una carrera en la que todo queda al descubierto. Los más fuertes terminan delante. Yo no estuve a la altura contra esos supercampeones”, reflexionó con sinceridad.

Para Philipsen, el resultado no borra su entrega. “Con un grupo más grande podría haber conservado más energía, pero al final se convirtió en una lucha, y en ese tipo de escenario, no era mi día”.

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