Jasper Philipsen no puede parar de ganar. Hoy ha conseguido su 17ª victoria del año, igualando las de Tadej Pogacar, al esprintar hacia la victoria por segunda vez consecutiva en la
Vuelta a Turquía.
Sin embargo, la victoria de hoy ha sido mucho más difícil para el belga, ya que el perfil montañoso y el duro arrastre hasta la línea de meta han hecho que no se tratara sólo de velocidad pura. "Sabía que habría una aceleración, pero no que ocurriría tan rápido", dijo Philipsen en una entrevista posterior a la carrera.
En los últimos kilómetros, el pelotón se vio distanciado por varios ataques, pero el terreno no era lo suficientemente duro como para impedir un sprint. Sin embargo, con pendientes del 5% hasta la línea de meta, fue cualquier cosa menos un puro sprint. Cees Bol lanzó un sprint inicial tremendamente potente, pero el líder de la carrera logró responder:
"Cuando la meta estaba a la vista, sentí que aún tenía potencia extra en las piernas", explica. Philipsen alcanzó al neerlandés y logró superarle en la línea de meta para ampliar su ventaja en la carrera. "Siempre es bonito ganar así, y estoy contento de haber podido batir a Cees. Ha sido un final especialmente duro y realmente al límite para mí. Aunque todo duele más al final de la temporada".