Tras ganar el Giro de Italia a principios de año, la temporada de
Jai Hindley ha sido un éxito incontestable. Se preparó para la Vuelta a España, donde corrió con fuerza pero sólo pudo terminar en décima posición, pero ha tenido la fortuna de terminar la temporada en casa, en en el Mundial de Wollongong.
"Es una oportunidad única en la carrera para poder correr el mundial en casa", dijo Hindley en una entrevista posterior a la carrera. "El ambiente es electrizante, los aficionados son increíbles. Ha sido impresionante. Espero que esto impulse el deporte en Australia y le dé un poco más de publicidad. Creo que hablo en nombre de todos los chicos cuando digo que nos lo hemos pasado muy bien. Fue genial".
El corredor del BORA - hansgrohe se contagió de Covid-19 la semana anterior a la carrera, pero fue autorizado a participar en ella, con un papel principalmente de gregario para
Michael Matthews, que se adaptaba perfectamente al recorrido. "No estaba muy seguro de cómo reaccionaría el cuerpo después del COVID, pero sabía que tenía la Vuelta en las piernas y eso era una buena preparación para venir aquí", dijo.
"Afortunadamente, los síntomas fueron bastante leves y pude recuperarme rápidamente y volver a subirme a la bicicleta. Fue un día bastante épico y muy duro. Me alegré de poder desempeñar un papel y ayudar a los chicos en la carretera. Tener a Bling [Michael Matthews] en el podio es bastante increíble. En casa, es muy especial", dijo Hindley a los periodistas.
Estuvo presente en el ataque decisivo en el que Remco Evenepoel abrió una brecha con respecto al pelotón, pero al igual que el resto de compañeros de grupo, fue alcanzado por éste antes de la llegada. "Estaba contento de estar ahí y quitarme un poco de presión. Remco es un corredor increíble. Viene de ganar una Vuelta, una medalla en la crono a principios de esta semana, es un corredor especial y creo que todos en ese grupo sabían que sería muy difícil seguirle", dijo sobre el ganador.
"Era un poco como el modo de supervivencia, yo sólo intentaba marcarle a la costa, pero era jodidamente difícil. Me mataba cada vez que tenía que seguirle. Era el más fuerte del día", añadió. Hindley se descolgó del grupo cuando éste se dividió en las últimas subidas de Mount Pleasant. "En ese momento, estaba a punto de desmayarme, estaba abatido. Cuando llegó su grupo, sólo intenté ir lo más fuerte posible, y entonces me quedé completamente caput. Es así. Fue una carrera súper dura y estoy contento de haber podido estar en la punta y haber tenido un papel", describió.
Hindley terminó la carrera en el puesto 49, pero en general estaba contento con su actuación y su temporada. "Ha sido probablemente mi mejor año hasta la fecha, con el triunfo en el Giro y una victoria de etapa. Todavía no me lo puedo creer. Todavía no lo he asimilado y probablemente nunca lo haré. Ha sido un buen año a nivel personal, especialmente después de una temporada tan dura como el anterior. Cambiar a un nuevo equipo y ganar una gran vuelta en mi primer año con el equipo fue realmente genial. Agradezco las oportunidades que me han dado a lo largo del año", dijo.