El
Giro de Italia está sufriendo muchos problemas provocados por un muy mal tiempo y la etapa de hoy, la 13ª, es la que más cambios ha sufrido. La jornada tendrá ahora 74 kilómetros de longitud, pero seguirá presentando un descenso traicionero que puede ser peligroso debido al deshielo.
"La razón por la que no queríamos hacer la subida intermedia era por el asfalto potencialmente peligroso en el descenso. Y luego no tienes tiempo de ponerte chaquetas adicionales", dijo
Jack Haig esta mañana. El Col de Gran San Bernardino y su descenso se eliminaron de la ruta, pero las preocupaciones surgieron en otros lugares. Aunque en la cima de la Croix de Coeur no ha llovido tanto como en la salida de la etapa inicialmente prevista, el nuevo y modesto asfalto y los extensos charcos de nieve derretida que mojan la carretera en diferentes puntos dificultarán su manejo.
El australiano, 11º en la clasificación general con el
Bahrain Victorious, tendrá hoy un día clave para entender sus verdaderas ambiciones y, a pesar de que más de la mitad de la etapa ha sido recortada, seguirá presentando un terreno muy duro en el que se pueden abrir grandes diferencias. Haig no está muy contento con la situación, los corredores estarán en sus rodillos antes de la nueva salida de la etapa en la base de la Croix de Coeur.
"Ahora empezamos al pie de la subida, donde correremos a tope y por lo tanto calentaremos. Y luego hay una bajada peligrosa en la que los corredores intentarán reunirse con el grupo que les precede. Así que no entiendo el compromiso en el que nos han puesto", concluyó.
