Fabio Jakobsen es tradicionalmente un corredor que pasa apuros en la montaña, pero tras sufrir una fuerte caída al final de la etapa 4, la tarea se le complicó aún más. Sin embargo, con el apoyo del Soudal - Quick-Step, ha superado la primera cadena montañosa y hoy tendrá la oportunidad de esprintar.
"He oído a gente con mucha experiencia decir que el segundo día después de una caída es el más difícil, puedo confirmarlo. Al principio seguía aguantando, pero a partir del Aspin fue un déjà vu", compartió Jakobsen con AD al final del día. "El año pasado también tuve que dejar marchar al pelotón antes de tiempo. No podía ir más rápido. Las piernas están agarrotadas, el culo dolorido y luego tengo que ir a mi ritmo sin explotar. Afortunadamente tenía tres compañeros de equipo muy fuertes conmigo, Dries Devenyns, Tim Declercq y Michael Morkov. Más tarde, Yves Lampaert también se descolgó y entonces éramos cinco".
El equipo belga sabía que tenía que apoyar plenamente al campeón de Europa. Con la excepción de Kasper Asgreen y Julian Alaphilippe, que trabajaron sin descanso en la escapada del día - y más tarde se rompieron - el equipo rodeó a Jakobsen tan pronto como las carreteras subieron. Les esperaba un día de supervivencia, pero con una buena gestión llegaron dentro del tiempo límite, 37 minutos por debajo del ganador de la etapa, Tadej Pogacar.
"Luego haces una bajada estupenda y vas fuerte por el valle. En la última subida tenía las mejores piernas del día. No es normal, pero se debe a la caída. Por la mañana todo se atasca y luego pasan unas horas hasta que el motor vuelve a funcionar", explica. "Pensé: si puedo terminar esta etapa con esto, sólo tengo que seguir comiendo y bebiendo y quién sabe, quizás llegue lejos en este Tour".
Jakobsen puede empezar a mejorar tras sus lesiones de hoy, y en la etapa 7 hacia Burdeos las carreteras son llanas y favorables para él. Sin duda intentará luchar por la victoria de etapa, aunque el cansancio podría notarse en los últimos kilómetros, pero mientras tanto se mantiene en carrera;
"Sé de mí misma que no me rendiré, lo acordé conmigo misma hace años. Así que sigo esforzándome al máximo. Les digo a los chicos lo que puedo y lo que no puedo hacer. Nos arriesgamos en el descenso, pero no demasiado como para caernos. Mi mujer me ha dicho que si sobrevives hoy llegarás al lunes. Sólo me preocupaba el día de hoy. Me van a volver a curar las heridas, me pondrán parches nuevos y luego espero recuperarme bien y dormir bien. Hasta mañana no sabré si puedo esprintar, pero todavía no voy a decir que no", concluyó;