Enric Mas ha vuelto a mostrar su mayor sonrisa tras la cuarta etapa de la
Vuelta a España. Ya hace tiempo que con la prensa tiene otro carácter e, incluso en las malas, últimamente siempre ha estado muy amable con los medios. Hoy ha sido más que amable. Estaba exultante: con una sonrisa que no le cabía en la boca.
Mucho tuvo que tragar el líder de
Movistar Team en el pasado Tour de Francia. Mucho tuvo que tragar en la pasada Vuelta a España. Mucho tuvo que tragar durante todo 2023. Mucho tuvo que tragar y con justicia, porque su rendimiento no estaba siendo el deseado por un ciclista de su clase. Hoy parece que por fin ha alejado todos sus fantasmas y hemos vuelto a ver al mejor Enric, ese que ha acabado 3 veces segundo en la Vuelta, ese que ha hecho sufrir a Evenepoel y a Roglic, ese que ha soñado con ser el mejor en Madrid.
Hoy Enric, en los 3 kilómetros y pico duros de verdad de Villuercas ha estado magistral. No ha sufrido absolutamente nada con un Primoz Roglic en plena forma y ha demostrado tener mejores piernas de Joao Almeida, el otro de los grandes favoritos que no ha fallado (de la foto de la Vuelta en redes en la que Enric no estaba parece que se caen de momento los favoritos de la organización Sepp Kuss y Richard Carapaz).
Evidentemente, queda muchísimo. Evidentemente, no hay nada hecho. Pero, teniendo en cuenta cómo comenzó Enric las últimas grandes vueltas y cómo ha comenzado la presente Vuelta entendemos que el de Movistar Team debe estar contento. También entendemos que, por haber acabado 3 veces segundo y por haber montaña de sobra antes de la crono final de Madrid, debe ser considerado favorito.
Hemos visto flaquear a Almeida y Roglic no ha preparado la carrera todo lo bien que hubiera querido por su caída en el Tour. Se puede soñar...