El
Tour de Francia, segunda Gran Vuelta del año, espera evitar que se repitan las escenas del Giro de Italia de principios de año, en el que el pelotón quedó diezmado por los abandonos de los corredores a causa de los covirus.
Los organizadores del Tour de Francia, ASO, han anunciado la modificación de los protocolos contra el coronavirus en la edición de este año de la carrera y, en particular, no se exigirá a los corredores que se vayan a casa si dan positivo. No obstante, se mantendrán las medidas de seguridad, y todos los periodistas y reporteros deberán llevar mascarillas cuando entrevisten a los corredores en la carrera.
"En general, para 2023, ya no se exigirá a los equipos, al personal de la UCI ni a los organizadores el pase sanitario, el certificado de vacunación y el test
Covid-19 negativo antes de participar en las competiciones. En el periodo previo al Tour de Francia, la incidencia de casos de Covid-19 registrados en Francia es muy baja", reza el comunicado de ASO. "En caso de que se produzca un caso de Covid-19 en un equipo, confirmado por una prueba antigénica o por una prueba PCR (ya se trate de un corredor o de un miembro del personal), la decisión de aislar y retirar al corredor de la carrera será tomada colectivamente por el médico del equipo afectado, el coordinador de Covid-19 para el evento y el Director Médico de la UCI, sobre la base de los elementos clínicos disponibles y de los resultados de la prueba de Covid-19."