El ciclista australiano Michael Matthews continúa demostrando que está hecho para las colinas canadienses sumando su tercer victoria en el
GP de Québec. No la tuvo para nada fácil, pues la carrera norteaméricana ha sido una de las más reñidas de los últimos años.
Mientras que el UAE Team Emirates apretó el ritmo a lo largo del día para agotar a los hombres rápidos como Matthews; el ataque de Julian Alaphilippe dividió al pelotón a falta de pocos kilómetros. Pogacar lo aprovechó y lanzó su propio movimiento. Con el Lotto Dstny todavía con hombres por delante, el pelotón también se vio obligado a ir a por todas para cerrar la brecha que se había creado.
Matthews no fue capaz de igualar los ataques, pero esta resultó ser la mejor táctica, ya que los hombres de delante llegaron al sprint final completamente fatigados, mientras que algunos ciclistas del pelotón todavía tenían una aceleración en ellos, incluido el australiano.
"Fue un día duro. Ya nadie tenía fuerzas en las piernas. En los metros finales, el pelotón hizo un giro hacia la izquierda, tras lo cual vi una oportunidad de abrirme a la derecha", dijo el Team Jayco AlUla sobre el sprint final. "Ya no tengo la potencia máxima en comparación con otros hombres rápidos, pero sí la resistencia. Decidí hacer un sprint largo y gané", completó Matthews, quien se impuso a Biniam Girmay, que empezó el sprint mal colocado, y a una mezcla de puncheurs y escaladores que aún tenían piernas en el final.
Matthews admitió que se encontraba en una mala situación mental tras verse relegado del podio en el Tour de Flandes y pasó el verano intentando redimirse de ese (mal) resultado, pero sin conseguirlo. "Tuve que recuperarme después de un mal verano. Tuve que trabajar muy duro para ello, porque las cosas no salieron como debían", admite. "También quiero dar a mi equipo y a mi familia el crédito necesario". Tras dos contundentes victorias en la Vuelta a España con Eddie Dunbar, el equipo australiano atraviesa quizás su mejor momento de la temporada.
Matthews también fue preguntado por su amigo y vecino Tadej Pogacar, que fue la figura clave de la carrera pero sólo pudo esprintar hasta el 7º puesto en la línea de meta. "Es el mejor ciclista que existe. Yo también soy fan suyo. Es comprensible que la gente venga aquí por él, pero yo estoy aquí para hacer mi trabajo. Mientras gane la carrera".