"Cuando vuelves del entrenamiento, tu rostro está negro": Anna van der Breggen habla de la contaminación en Ruanda

Cuatro años después de su última participación en un Mundial de ciclismo en ruta, la ciclista neerlandesa Anna van der Breggen vuelve a vestir los colores de su país. La cita esta vez es en Kigali, Ruanda, donde la veterana corredora ha demostrado que la experiencia sigue siendo su mejor aliada.

Bajo la dirección del nuevo seleccionador nacional Laurens ten Dam, Van der Breggen ya ha empezado a rendir frutos: el pasado domingo logró un meritorio segundo puesto en la contrarreloj individual, confirmando su buen momento.

En conversación con medios como In de Leiderstrui, Van der Breggen compartió sus sensaciones tras su primera semana en tierras africanas, un entorno exigente y con características muy distintas a las que está habituada.

Uno de los principales desafíos ha sido adaptarse a las condiciones medioambientales de Kigali, especialmente en lo que respecta a la calidad del aire. “Cuando vuelves del entrenamiento, tu rostro está negro. Hay mucha contaminación por emisiones, pero no sé exactamente cuánto influye eso en el rendimiento”, explicó.

A pesar de estas dificultades, la neerlandesa ha sabido leer bien las condiciones y adaptar su preparación. En lugar de seguir un estricto plan de potencia durante la contrarreloj, decidió fiarse de sus sensaciones. “Desde el principio sentí que no iba a seguir el plan de wattage que teníamos. Y estoy contenta de haberlo hecho así. Si te excedes, tu frecuencia cardíaca se queda alta durante mucho tiempo y la recuperación se complica”, detalló.

Uno de los factores sorpresa para Van der Breggen fue la dificultad de adaptación, pese a que venía de entrenar en altura en Livigno, Italia. “No esperaba necesitar tanto tiempo para acostumbrarme. El problema aquí no está en las piernas, como suele ocurrir con los esfuerzos máximos, sino más en la respiración”, señaló.