Chris Froome, ciclista del Israel Premier Tech y cuatro veces ganador del Tour de Francia, sufrió en su última caída una lesión cardiaca que puso en riesgo su vida. Así lo ha confirmado su esposa Michelle, quien explicó que los médicos descubrieron un grave daño en el corazón tras el accidente ocurrido el 27 de agosto en el sur de Francia.
El británico, de 40 años, fue evacuado en helicóptero al hospital de Toulon, donde también se le diagnosticaron fracturas de costillas, un pulmón colapsado y una lesión en la espalda. Según relató su mujer a
The Times, la dolencia más preocupante fue una ruptura pericárdica, un desgarro en la membrana que protege al corazón y que suele producirse tras un fuerte golpe en el pecho. “Era mucho más serio que unos huesos rotos. Está estable, pero la recuperación será larga y tardará en volver a subirse a una bicicleta”, apuntó.
El corredor, que cuenta con siete grandes vueltas en su palmarés —dos Vueltas a España y un Giro de Italia, además de sus Tours—, arrastra problemas físicos desde la grave caída que sufrió en 2019 preparando el Critérium du Dauphiné. Este año, además, se fracturó la clavícula en la etapa final del Tour de los Emiratos Árabes, lo que le dejó fuera de la última edición del Tour de Francia.
¿Retirada a la vista?
Froome no volverá a correr este año, y su futuro en el pelotón profesional es incierto. El británico arrastra desde hace tiempo dificultades para recuperar su mejor versión tras la gravísima caída de 2019, y esta nueva lesión, mucho más seria de lo que se pensó en un primer momento, vuelve a poner en duda sus opciones de regresar al máximo nivel.
Su contrato con Israel-Premier Tech se extiende hasta finales de 2025, pero ya había insinuado que podría retirarse al término de esta temporada, con la intención de despedirse en el Tour de Francia. Ahora, la prolongada recuperación que afronta complica aún más ese escenario, y todo apunta a que la posibilidad de verle de nuevo disputando grandes carreras se aleja.