El ciclista del
Israel - Premier Tech,
Chris Froome, era uno de los máximos aspirantes a la victoria en la quinta etapa del Tour de Rwanda, pero un problema mecánico le impidió subir al podio y finalmente terminó en el puesto 24 de la general.
Según una reciente publicación en las redes sociales, cree que el disco es el culpable del infortunio. "Pinché la rueda delantera y no tenía ningún coche de equipo detrás, porque ya habían sacado el coche de equipo".
Y añadió: "Logré conseguir otra rueda del servicio neutral, pero no era realmente compatible con la bicicleta, así que tuve que parar de nuevo y cambiarla con el coche de mi equipo. Entonces, el pelotón me alcanzó y se lanzó hacia la cima de la subida y ahí es donde se me apagaron las luces".
A pesar de sentirse decepcionado con el resultado, lo reconoce como parte inherente del deporte y lo acepta como tal. "Estoy muy contento de estar aquí. Soy realista, mi gran objetivo será en julio el Tour de Francia, así que ahora empieza mi preparación", concluyó.