Bradley Wiggins, más sincero que nunca: "Estaba metiéndome montones de cocaína"

Sabemos que Bradley Wiggins ha pasado por un periodo de su vida muy complejo y complicado y que ahora ha podido por fin salir a flote. El campeón olímpico y ganador del Tour de Francia 2012 se ha abierto recientemente otra vez para explicar lo sucedido.

Así, en una entrevista a corazón abierto en The Observer, el británico ha vuelto a contar los graves problemas con las drogas que tuvo que hicieron que sus hijos temieran lo peor:

"Hubo momentos en los que mi hijo pensó que me iban a encontrar muerto por la mañana. Era un adicto funcional. La gente no se daba cuenta. Estuve colocado la mayor parte del tiempo durante muchos años. Estaba metiéndome montones de cocaína. Tenía un problema muy serio. Mis hijos estaban a punto de internarme en rehabilitación. Estaba caminando por la cuerda floja".

No echa balones fuera y reconoce que todo lo que le sucedió era por su culpa y que pudo parar cuando se dio cuenta de que estaba haciéndole mucho daño a la gente de su entorno:

"Me di cuenta de que tenía un problema enorme. Tenía que parar. Tengo suerte de estar aquí. Fui víctima de todas mis decisiones durante muchos años. Ya sentía mucho odio hacia mí mismo, pero lo estaba amplificando. Era una forma de autolesión y autoboicot. No era la persona que quería ser. Me di cuenta de que estaba haciendo daño a mucha gente a mi alrededor".

La ayuda de Lance Armstrong, como ya pasó con Jan Ullrich (que también sufrió graves problemas de adicción a alcohol y drogas), fue clave para su recuperación:

"Lance llevaba mucho tiempo preocupado por mí. Él ya había pasado por algo parecido con Jan. Trataban de localizarme, pero no sabían dónde estaba. Mi hijo habla mucho con Lance. Le preguntaba: ‘¿Cómo está tu padre?’ Ben respondía: ‘No sé nada de él desde hace un par de semanas, sé que está viviendo en un hotel’. Pasaban días sin saber nada de mí. Ahora puedo hablar de estas cosas con franqueza. Había una parte de mí que vivía una mentira, al no hablar de ello".

Su última frase es demoledora y describe a la perfección su nivel de adicción: "No hay término medio para mí. No puedo simplemente tomarme una copa de vino. Si me tomo una copa de vino, entonces estoy comprando drogas. Mi inclinación a la adicción era una forma de aliviar el dolor con el que vivía".