Está siendo una primavera muy dura para Soudal - Quick-Step. Además de la presión que viene de arriba, dentro de los ciclistas se está notando esa presión y la decepción está presente.
Julian Alaphilippe esperaba ser uno de los grandes favoritos del
Tour de Flandes, pero a pocos días del mismo no ha demostrado estar al nivel para disputarlo.
"Estamos intentando mantener la calma, es normal que estemos decepcionados en QuickStep porque todo el mundo está muy volcado en este periodo, incluido el personal", dijo Alaphilippe en una entrevista a L'Équipe. "Muchos de nuestros corredores se han preparado a conciencia para este tramo de la temporada, y cuando ves que algunos de nuestros rivales dominan así, por supuesto, es decepcionante. Pero tenemos que mantener la calma, ser pacientes, seguir haciendo lo que siempre hemos hecho. La autocompasión no sirve de nada. Y de hecho, encuentro que estas situaciones pueden hacerme sentir aún más motivado".
El equipo belga solía dominar las clásicas adoquinadas, pero ya no. El Jumbo-Visma ha tomado el relevo y no ha desaprovechado ni una sola oportunidad en las principales clásicas de la primavera hasta la fecha. Mientras tanto, Quick-Step ha luchado por estar en liza en las mismas carreras. Kasper Asgreen ha estado lejos de su mejor forma, Yves Lampaert y Florian Sénéchal se han dejado ver pero no en los adoquines, Merlier y Jakobsen han estado en buena forma pero no han conseguido un gran resultado en las principales clásicas y Alaphilippe no es muy diferente.
En Tirreno-Adriático, Alaphilippe mostró su mejor forma en más de un año. En Milán-San Remo, una caída desbarató sus planes. "Tenía buenas piernas en Sanremo, pero bueno, mala sincronización, mala colocación, algunos errores del equipo y voilá. No me rendí, pero me decepcionó afrontar el Poggio como lo hice. Nunca había estado tan mal colocado como cuando lo empecé este año", admite.
Ahora en Flandes. En 2020 rodó con van der Poel y van Aert tras las principales subidas del día, pero quedó fuera de combate al chocar con una moto de carrera. Su talento ha quedado demostrado en este tipo de carreras, pero esta primavera no parece estar en el mismo sitio. Abandonó la E3 Saxo Classic por problemas de salud, y en Dwars door Vlaanderen terminó 29º. En gran parte debido a su trabajo para Davide Ballerini, pero se perdió los ataques decisivos.
Ahora, casi en vísperas de la gran meta, duda de que pueda estar a la altura del dúo y de
Tadej Pogacar el próximo domingo. "No lo sé, aún no he tenido la oportunidad de demostrarlo", cuenta. "Como hasta ahora no he sido capaz, me veo obligado a decir 'No', pero por otro lado, no sé cómo se desarrollarán estas próximas semanas. Lo que es seguro es que ahora mismo están a un nivel excepcional".
Respecto a Pogacar, que se espera que sea el principal atacante en el Tour de Flandes este domingo, Alaphilippe comentó: "Tendría que estar en un día muy bueno para poder seguirle. Él cambia las reglas del juego. Yo no lo soy".