Arvid de Kleijn esperaba aprovechar al máximo las tres oportunidades al sprint del
Tour de Polonia, pero su primera oportunidad ya se ha esfumado. En el mojado final de la etapa inaugural a Poznan se estrelló, justo antes del circuito donde se celebraba la llegada.
"Íbamos avanzando, como todo el mundo, y entonces un corredor acabó fuera de la carretera. Volvió a la carretera y empezó a balancearse", describe el velocista de Tudor su caída a Wielerflits. "Nos resbalamos muchísimo. Entonces sabes que ya está, porque sólo eran cinco o seis kilómetros...".
"He rodado hasta la línea despacio. Es un poco fastidioso, pero aún quedan dos oportunidades. Ya lo solucionaremos", comenta de cara a las próximas etapas.
De Kleijn cruzó la línea de meta con daños principalmente en el codo y el antebrazo, y abrasiones en la cadera y la rodilla. Aún así, se muestra optimista. "Vamos a echar un vistazo. Espero que no sea demasiado grave, aunque me duele mucho. Ahora tengo dos días para dejar que se cure y luego espero poder volver al trabajo", dice. ¿Perder la esperanza? "Eso no me pasa fácilmente".