Hoy domingo, 6 de octubre,
Mathieu van der Poel va a la caza del único maillot arcoíris que le falta ganar en el
Mundial de Gravel 2024. La estrella neerlandesa será uno de los grandes favoritos a la victoria en una carrera con nombres como los de Felipe Orts, Matej Mohoric, Isaac del Toro o Tim Merlier, entre muchos otros.
Mathieu van der Poel es el vigente campeón del mundo de ciclocross, pero de momento acaba de perder su título en carretera. Sin embargo, este domingo tiene la oportunidad de hacerse con otro título mundial en Lovaina.
"Es un objetivo en sí mismo. No necesariamente para convertirme en campeón del mundo en otra disciplina, pero se puede ver que realmente se está convirtiendo en una gran disciplina. Además, hay un buen grupo de participantes. Será una carrera divertida", dijo van der Poel a
Wielerflits. "El plan es no tener problemas. Eso es lo más importante. Hay que evitar la mala suerte en el gravel, porque de lo contrario puede significar el final de la carrera. Me considero uno de los favoritos, pero hay otros corredores que pueden ganar. Pero espero estar cerca hoy".
Quizás muy modesto, van der Poel llega a la carrera con ambiciones limitadas según sus propias palabras y dando prioridad a la seguridad. En realidad, es el corredor mejor considerado por la mayoría de los participantes y el hombre a batir. Su estado de forma en el Mundial de Zúrich fue fenomenal, y junto con sus habilidades en el manejo de la bicicleta y su trazado adecuado, realmente no hay argumentos en contra de su favoritismo. Habrá muchas otras figuras de calidad y siempre pueden pasar muchas cosas en una prueba "off-road", pero el neerlandés sabrá lo que tiene que hacer y estará en busca del título mundial.
"En una carrera de gravel, las condiciones pueden cambiar rápidamente. Es una carrera larga y el primer paso es no tener problemas. El bucle alrededor de Bruselas es especialmente bonito. El circuito local tiene tramos muy bellos, pero también pasajes en la carretera para llegar al centro, pero eso es lógico", añadió. "Si nos fijamos en las mujeres, diríamos que es posible marcar la diferencia. Es un circuito difícil. Como siempre con el gravel: la puerta estará abierta por detrás", concluye Mathieu van der Poel.