Tom Pidcock ganó la
París-Roubaix júnior en 2017 y la carrera sub-23 en 2019. Hoy ha probado por primera vez con la élite, y ha visto en primera persona la dureza y la realidad de esta carrera. El británico ha cuajado una decente actuación, finalizando en 17ª posición.
"Fue épico. Ahora entiendo por qué se llama 'El Infierno del Norte'. Fue otra cosa", reflexiona después el británico de 24 años, que en realidad sólo fue convocado a última hora para la carrera, en conversación con el sitio web oficial del equipo
INEOS Grenadiers.
En un día de récord en la París-Roubaix, donde la velocidad media más rápida de la historia fue establecida por el claro vencedor,
Mathieu van der Poel, Pidcock se lució, manteniéndose cerca de la cabeza durante la mayor parte de la carrera antes de desvanecerse ligeramente hacia el final.
"Fue a todo gas desde el principio, con una media de 48 km/h. Ha sido una locura. Me alegro de haber superado esa primera sección y haberme colocado delante. Después he intentado hacerlo lo mejor que he podido. Al final del día eso era todo lo que tenía cuando la potencia absoluta no está ahí", concluye. "¡Los adoquines siguen siendo tan duros como antes!"