Tras su sorprendente regreso a la competición en la
París-Roubaix el pasado domingo,
Tom Pidcock sigue sintiendo los efectos de los adoquines franceses mientras se prepara para la
Amstel Gold Race de este fin de semana.
Dos veces en el podio de la Amstel Gold Race, Pidcock terminó tercero el año pasado. Sin embargo, el británico se muestra tímido sobre sus esperanzas en 2024 y revela que sigue teniendo problemas relacionados con la París-Roubaix. se lamenta Pidcock en declaraciones recogidas por Het Nieuwsblad. "Creo que es una lección de que no sólo se puede participar en la París-Roubaix, que incluso hay que preparar las manos", se ríe.
Lejos de ser el único corredor cuyas manos quedaron maltrechas y ensangrentadas tras la carrera, Pidcock admite que le sorprendió el hecho de verse tan afectado. "Normalmente no tengo problemas con este tipo de cosas, pero no he montado en mi bicicleta de montaña ni he participado en las otras 'Clásicas adoquinadas', así que mis manos están un poco más blandas estos días", trata de explicar.
"Amstel es una gran carrera y me encanta correr allí, así que espero rendir mejor esta vez", concluye Pidcock, refiriéndose a su mencionado 3er puesto de hace doce meses. "Las Ardenas eran un gran objetivo para mí desde principios de año, así que tengo muchas ganas de ir allí con el equipo. Siempre es una época del año muy divertida".