Mathieu van der Poel reanudó la competición en la Bretagne Classic. Sin presión, el holandés afrontará ahora algunas carreras para terminar su temporada en la carretera, pero con todos sus objetivos cumplidos. Nos habla de las sensaciones que le producen las rayas arco iris que ahora lleva.
"He pasado unos días con amigos en Marbella. ¿Lo pasé bien en la ciudad de la fiesta española? Bueno, no estuvo mal. Sólo fue una breve escapada de tres días", declaró el Campeón del Mundo a In de Leiderstrui. A la pregunta de si teme la "maldición del arco iris", el holandés no se muestra demasiado estresado al respecto: "No, desde luego que no le tengo miedo. E incluso si esa maldición existe, me pillará mientras llevo un bonito maillot arco iris. Lo aceptaré encantado".
Ganador de la Milán-Sanremo, la París-Roubaix y los Mundiales, era difícil imaginar semejante éxito a pesar de su evidente calidad. Alcanzó su mejor forma en los momentos en los que más importaba, sin embargo no oculta que también ha experimentado decepciones.
Aunque sus compatriotas sumaron suficientes puntos para triunfar, se esperaba que el propio van der Poel disputara el Campeonato del Mundo de XCO y luchara por la plaza que necesita para formar parte de la carrera de los Juegos Olímpicos. Se estrelló en la primera vuelta de la carrera, un final dramático para su etapa en la disciplina: "Se te queda un poco grabado, claro. Pero, afortunadamente, no duró demasiado. Tuve unos días de autorreflexión".
En última instancia, la situación tuvo un final feliz, y no tiene por qué lamentar el error. La próxima temporada no se sabe cómo gestionará tantos goles, pero de momento puede estar tranquilo;
Aunque admite que estará extra motivado para entrenar tras adquirir una equipación que no tiene parangón en el pelotón. "Cuando empiezas a entrenar con un maillot así, te das cuenta de lo especial que es. Ahora estoy aún más motivado para conseguir logros aún más notables".