¡La Vuelta a España podría anular la etapa de Madrid por los manifestantes Pro-Palestina!

La Vuelta a España 2025 se adentra en su decisiva última semana bajo una atmósfera cargada de incertidumbre. A la tensión habitual por la lucha en la clasificación general se suma una creciente inquietud: las protestas propalestinas que, desde la segunda semana de carrera, se han convertido en un telón de fondo constante y cada vez más perturbador.

Según informó el diario francés L’Équipe, los organizadores incluso habrían llegado a sugerir a los ciclistas del equipo Israel - Premier Tech que abandonaran voluntariamente la competición, con la intención de rebajar la tensión y garantizar la seguridad del resto del pelotón. Una recomendación que ilustra hasta qué punto la dimensión política ha terminado por instalarse en el corazón de una carrera que debería girar únicamente en torno al deporte.

Los episodios vividos en los últimos días han sido repetidos y crecientes. La etapa 11 quedó neutralizada después de que los manifestantes bloquearan la carretera, mientras que la etapa 13, con final en el mítico Angliru, fue interrumpida por nuevas protestas.

La situación alcanzó un punto especialmente delicado en la etapa 15 del domingo, cuando un manifestante irrumpió de manera inesperada en el recorrido, provocando un sobresalto general en el pelotón y una caída de Javier Romo. Aunque el corredor español pudo reincorporarse a la carrera y llegar a meta, el incidente dejó claro que los riesgos son reales y que el problema ya no puede considerarse anecdótico.

El reconocimiento por parte de España del Estado palestino en mayo de 2024 ha convertido a la Vuelta en un escenario de gran visibilidad internacional para los grupos propalestinos. Dentro de este marco, el equipo Israel - Premier Tech se ha erigido en un blanco simbólico de las manifestaciones.

Pese a que la formación ya ha tomado medidas para intentar reducir la tensión —como retirar la palabra "Israel" de sus coches y de las equipaciones oficiales—, los gestos no han sido suficientes. A lo largo de la carrera, las protestas se han manifestado de diferentes maneras: desde cánticos de "asesinos" lanzados al paso del pelotón hasta acciones directas que han puesto en riesgo tanto a corredores como a espectadores.

La principal inquietud de cara al futuro inmediato se concentra en la etapa final en Madrid, prevista para el próximo domingo. Aunque tradicionalmente es una jornada con un carácter más simbólico y festivo, donde el ganador final celebra su triunfo y el interés deportivo es limitado, la llegada a la capital española tiene un enorme peso simbólico.

Ese mismo simbolismo la convierte, al mismo tiempo, en un posible epicentro de nuevas protestas masivas. Las dudas sobre la seguridad de corredores y público están sobre la mesa, y tanto equipos como analistas se preguntan si la organización podrá garantizar un desarrollo normal en el centro de la ciudad.

Desde la dirección de carrera, el mensaje oficial es de firmeza: la Vuelta concluirá en Madrid como estaba planeado. Sin embargo, el malestar persistente y la sucesión de incidentes hacen que la incertidumbre siga marcando la agenda.

En lo estrictamente deportivo, la batalla por el maillot rojo entre Jonas Vingegaard y João Almeida continúa siendo apasionante y promete emociones fuertes en la última semana. Pero, inevitablemente, gran parte de la conversación se centra en lo que ocurre fuera de la bicicleta, en las calles, donde las protestas se han convertido en un factor imposible de ignorar.