Hace unos días,
Wout van Aert decidió firmar un contrato de por vida con el
Visma - Lease a Bike. Es el único equipo que ha conocido en el World Tour, quienes han confiado siempre en él y donde ha conseguido los mejores resultados de su carrera en carretera.
El belga puso la firma en el acuerdo, declarando después lo siguiente: "He decidido quedarme aquí para siempre, y eso realmente me hace sentir bien". Van Aert viene de una temporada 2024 complicada, con altos y bajos, en la que ha sufrido dos caídas terribles que le han impedido brillar más.
La segunda de ellas llegó justo cuando estaba volviendo a su mejor nivel en la Vuelta a España, con tres victorias de etapa y opción a más, liderando las clasificaciones por puntos, con diferencia sobre el segundo, y la de la montaña, con posibilidades también de llevársela.
Volviendo a su contrato vitalicio con Visma, Jean-Christophe Breillat, director de asuntos legales en el Centro de Derecho y Economía del Deporte (CDES), indicó que este acuerdo quizá no sea lo mejor para el corredor: "Si en la vida cotidiana se prefiere un contrato de duración indefinida, en el deporte profesional es al contrario. Está expuesto a un mayor riesgo de despido por insuficiencia profesional".
Por otra parte, Pierre Rondeau, economista del deporte y codirector del Observatorio Deporte y Sociedad en la Fundación Jean-Jaurès, también habló sobre ello:
"El contrato probablemente sea un compromiso que termina cuando el atleta se retira del deporte. En un CDI, sería recontratado al final de su carrera en el cuerpo técnico del equipo. Incluso para el deportista, un contrato que dure hasta su retiro no es beneficioso. Con un compromiso corto, puede negociar primas de firma y renegociar su contrato.
Es principalmente para generar conversación y destacar un nivel de fidelidad muy superior en comparación con otros equipos. El ciclista tiene 30 años y probablemente se retirará en cinco años. Es principalmente para generar conversación y destacar un nivel de fidelidad muy superior en comparación con otros equipos".
En el mundo del deporte, el ejemplo más cercano y conocido es el de Andrés Iniesta con el FC Barcelona. Firmó un acuerdo para siempre con el club de su vida en 2017 y terminó marchándose al año siguiente para jugar en el Vissel Kobe de Japón.