Ivo Oliveira (UAE Team Emirates XRG) firmó una actuación memorable este viernes al adjudicarse la victoria en la cuarta y última etapa del
Giro d'Abruzzo. La gesta marcó su segundo triunfo en apenas cuatro días, un logro que dejó al ciclista portugués visiblemente emocionado y sin palabras. “Hace dos días estaba encantado con mi primera victoria. Ahora… no sé ni qué decir”, confesó entre jadeos tras cruzar la línea de meta.
Paradójicamente, el triunfo de Oliveira no era parte del plan inicial del equipo para la jornada. El objetivo era colocar a alguno de sus corredores —Oliveira, Rune Herregodts o Julius Johansen— en una escapada con opciones, o trabajar para mejorar la posición del mejor clasificado en la general, Pablo Torres.
Sin embargo, la dinámica de la carrera ofreció una oportunidad distinta: una fuga numerosa y bien balanceada, con presencia destacada del UAE Team Emirates. Oliveira se encontró allí y no desaprovechó la ocasión. “Queríamos estar en un corte con potencial”, explicó el portugués. “Lo conseguimos, y el grupo funcionó muy bien. Hay que reconocer el trabajo de todos, sin esa colaboración no habríamos llegado lejos”.
Entre los fugados, Oliveira se reencontró con tres antiguos compañeros: Joel Suter, George Bennett y el inconfundible Sjoerd Bax, apodado “Bucks”. La experiencia compartida con ellos fue determinante en un momento clave. “Conozco bien a Bucks, sé cómo corre. Cuando atacó en el descenso, supe que no podía dejarle espacio. Si le das unos metros, no lo ves más”.
Esa reacción instintiva permitió a Oliveira neutralizar el ataque y formar un dúo con Bax hasta la meta. “Hicimos un trato y llegamos juntos. Sabía que si todo se decidía al sprint, tenía buenas opciones. Tengo una buena patada final, y la hice valer”.
A la par de su victoria parcial, el UAE Team Emirates seguía pendiente de la clasificación general con Pablo Torres en tercera posición. Aunque las opciones de mejorar eran limitadas, Oliveira estaba preparado para renunciar a su oportunidad si era necesario. “Si la situación cambiaba y podía ayudar a Pablo, me habría parado sin dudarlo. Pero me dijeron por la radio que nadie se movía por detrás. Entonces mi director me dijo: ‘Ve a por la victoria, tienes piernas’. Así que lo hice”.
La emoción tras cruzar la meta lo decía todo. Después de años trabajando en roles secundarios, Oliveira vive el momento más dulce de su carrera profesional. “Ganar es muy difícil hoy en día”, reconoció. “Durante seis o siete años me decía: ‘Dios, sólo quiero ganar una carrera’. Veía a otros celebrar y pensaba: ‘¿Cuándo me tocará a mí?’. Y ahora, en cuatro días, he ganado dos veces. Es increíble”.