Durante el fin de semana, el
Tour de los Pirineos femenino fue noticia a pesar de celebrarse simultáneamente a varias de las grandes carreras del calendario. Sin embargo, no fue por buenas razones, la carrera se canceló por falta de condiciones de seguridad, pero el organizador de la carrera ha vuelto a criticar a las corredoras por la situación.
La carrera, de tres días de duración, fue un caos de principio a fin. En el sur de Francia se reunieron equipos de calidad, entre ellos algunos del WWT, pero ese día los problemas se hicieron evidentes. El final estaba repleto de vehículos y peatones que parecían ser avisados sólo unos segundos antes de que pasaran los corredores, o no eran avisados en absoluto, lo que llevó a una situación chocante en la que la carrera se veía constantemente amenazada en su literal final. La Etapa 2 fue neutralizada hasta la llegada a la cima de Hautacam, pero aún así se produjo una caída indirecta debido al tráfico rodado.
En la mañana de la etapa 3, dos equipos decidieron abandonar antes de la salida, ya que no parecía haber ninguna mejora en las medidas de seguridad, pero finalmente la etapa se canceló por completo y la carrera terminó allí. Las críticas por la falta de condiciones fueron abundantes, pero el organizador de la carrera, Pascal Baudron, dirigió sus palabras hacia los propios corredores, argumentando que "se imaginan que están en el Tour de Francia y que todas las carreteras deben estar cerradas".
Sin embargo, ahí no quedó la cosa, ya que en palabras compartidas por RadioCiclismo ha redoblado esa crítica: "Están serrando la rama en la que están sentados. El día que no haya más carreras, podrán llorar y eso es lo que va a pasar. Sinceramente, no creo que merezca la pena organizar una carrera para ver todos esos meses de esfuerzo arruinados por los caprichos de unos niños mimados".
