La tecnología evoluciona en el ciclismo y los ciclistas la llevan al siguiente nivel cada año. La París-Roubaix es un punto caliente para las características especiales en las bicicletas y este año Joshua Tarling se presenta en el Infierno del Norte con un único plato de 62 dientes para afrontar los 55 kilómetros de carreteras adoquinadas.
"Llevo mucho tiempo aquí, así que espero que la forma se mantenga, estoy súper emocionada. Me gusta pensar que estoy bien, hoy no hay que esconderse, así que lo averiguaré. Me gusta, es dura y se adapta a mí", dijo Tarling en la salida de Compiègne esta mañana en palabras a CyclingPro.net. El británico corre Roubaix por segunda vez en su carrera a pesar de sus jóvenes 20 años, y tras rodar entre los mejores en la Dwars door Vlaanderen y el Tour de Flandes, será sin duda un outsider para esta carrera.
Un vídeo compartido por Rouleur le muestra en la zona de salida con un plato de 62 dientes, sin anillo pequeño. Una imagen sorprendente, pero nada sorprendente en la bicicleta de uno de los ciclistas más potentes del pelotón. Tarling es una potencia máxima, vigente campeón de Europa de contrarreloj... Como uno de los corredores más pesados y potentes del pelotón, espera poder llevar cómodamente una marcha que probablemente no lleve ningún otro corredor este domingo. Pero la atención se centra en los resultados al final del día.
Sobre todo, le preguntan por la incorporación tardía de su compañero Tom Pidcock: "Hay muchas maneras diferentes, es una buena incorporación al equipo, así que hay diferentes maneras de hacerlo. Lo principal es utilizarle y utilizarnos para ayudarle", afirma. "Sacaremos el máximo partido de todos y esperemos que uno de nosotros esté arriba".